Entre amigos

Si quiero conectarme con un amigo, encuentro que necesito ayuda del Creador. Mientras más le pido ayuda al Creador, más siento mi dependencia de Él. En el grado en que el Creador refuerza mi conexión con los amigos, establezco conexión con el Creador, comienzo a entenderlo y sentirlo a Él. Todo esto es revelado dentro de mi conexión con los amigos, dentro de las relaciones humanas, no en alguna sensación abstracta del Creador.

Siento al Creador, apelo a Él porque lo necesito como mediador entre mi amigo y yo. Revelo diferentes tipos de conexión con el amigo, le atribuyo todo al Creador. Entre mi amigo y yo existe una diferencia de potenciales que la Luz superior, el Creador, llena, como una corriente fluyendo entre dos polos.

De esta forma, alcanzo al Creador, es decir, no a Él mismo, sino sus acciones, como está escrito: “Por Tus acciones, Te conocemos”. El Creador construye y arruina las relaciones entre nosotros, las rompe, las lleva a través de todos los estados posibles, a través de oscuridad y maldad, me hace llorar y maldecirlo a Él. Pero después viene la percepción, la sensación, viene la Luz y entiendo que una no puede existir sin la otra porque  “….La ventaja de la Luz viene de dentro de la oscuridad” se revela. Como resultado de todos esos estados, comienzo a alcanzar al Creador. Aun cuando está oculto, comienzo a distinguir su presencia, juzgando en la diferencia entre estados.1

El mandamiento 613 es el amor por el Creador. Podemos cumplir los 612 mandamientos, pero no el 613. El último mandamiento viene de arriba.

Los 612 mandamientos son la corrección de la conexión entre las partes del alma rota. 612 luces pegan y arreglan los fragmentos separados de la vasija. El mandamiento 613 es una adición al Kli pleno, completo -Luz de Yejidá– que viene del Creador mismo. Nosotros no somos capaces de ninguna acción con respecto a este mandamiento.

El mandamiento espiritual es amar a mi prójimo como a mi mismo. Si lo hacemos, llegamos al amor al Creador. No desprecio los mandamientos físicos, pero lo principal es saber qué queremos lograr. Por ejemplo, lavar las manos significa liberación de recibir tras lo cual toda nuestra vida debe ser sólo en otorgamiento.2

El Creador está entre los amigos. Más aún, es la sensación de un espacio vacío, de la distancia entre nosotros, es la sensación del Creador. Observo al amigo y veo lo diferente que es de mí, la discrepancia que hay entre nosotros, las omisiones. Este es el Creador entre nosotros. Y si trabajamos correctamente, vemos que el Creador comienza a unirnos, como está escrito: “Un hombre y una mujer, si son recompensados, la Shejiná (divinidad) está entre ellos”.3

En Adam HaRishón antes de la ruptura no había inclusión mutua de los deseos en cada uno. Pero tras la ruptura del alma común, todas sus partes fueron mezcladas y penetraron una en la otra en un número infinito de variaciones, que permiten entender y sentir profundamente al Creador.

Previo a esto, la sensación de Adam del Creador, fue “circuncidada”, como si fuera un niño pequeño. No tenía las herramientas para penetrar profundo en el Creador. Y debido a la fragmentación e interpenetración de todas las partes que requieren trabajo en su corrección y pedir ayuda al Creador, el hombre se familiariza con el mundo interno del Creador y penetra a profundidad en Él.

Antes de la ruptura, Adam recibió la Luz en el cuerpo del Partzuf en el nivel de Nefesh-Ruaj. Pero gracias a la ruptura, podemos elevar la Luz reflejada de la pantalla hacia arriba hasta la cabeza (Pé de Rosh), como si estuviéramos entrando dentro del Creador. Y entonces la Luz se esparce de arriba hacia abajo, hasta la altura de Luz reflejada, hasta la altura de alcanzar al Creador y Lo alcanzamos en nosotros mismos. Esto determina la medida de inclusión mutua, fusión con el Creador: en el grado en que alcanzamos al Creador en la cabeza, en ese grado nos unimos a Él a través del cuerpo del Partzuf espiritual.

Y todo esto comienza y termina en la conexión entre los amigos. Esta es nuestra única meta, de otra manera no será la meta de la creación sino una especie de substituto. Esto determina nuestra actitud hacia la creación y muestra si tenemos derecho a ser llamados la última generación.4

La solución está sólo en conectarse en las decenas. Mientras tanto, no podemos sobreponernos a nuestra separación, a nuestro rechazo natural. Queremos recibir todas las respuestas a partir de nuestra conexión en la decena. Lo que suceda en el mundo lo busco en la decena y a partir de ella obtengo todas las respuestas. Me organizo de esta manera y después, de pronto siento que realmente existe un sistema que puede responder todas mis preguntas.

Todo lo que sucede en el mundo y conmigo personalmente, es consecuencia de lo que está sucediendo en la decena. Esta es una causa interna que después causa todas las consecuencias en mi familia, en el trabajo y en todo el mundo. Sólo es necesario buscar dentro de la decena: hasta qué punto estamos unidos o si carecemos de unidad; de esto depende lo que sucede en cada rincón del mundo, como la rama que viene de la raíz.5

De la 1a parte de la lección diaria de Cabalá 6/mar/19, Escritos de Baal HaSulam, Introducción al estudio de las diez Sefirot, punto 64
1 Minuto 47:55
2 minuto 54:07
3 Minuto 59:40
4 Minuto 1:11:00
5 Minuto 1:45:40

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