El virus nos separa físicamente, pero debido a eso, comenzamos a buscar formas de conectarnos más internamente. La falta de conexión física nos despierta y nos ayuda a comprender que necesitamos cercanía interior.
Dejemos que haya una distancia infinita entre nosotros, pero aún así, lo superaremos y nos sentiremos como «un hombre con un corazón» y no es que estamos en la misma habitación. Luego, en ese corazón común, sentiremos al Creador en nuestro interior.
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De la 1a parte de la lección diaria de Cabalá 18/mar/20, lección sobre: «Pésaj (Pascua)»
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