Alcanzar la verdad más elevada solo con fe por encima de la razón

Comentario:

Digamos que le dice a un estudiante: “Haz esto”, y luego, literalmente, después de un corto período de tiempo le dice: “¿Qué estás haciendo?” Sus acciones se contradicen.

Respuesta:

A ti te parece que es así, es justo como lo escuchas. Yo no digo cosas opuestas, sino que tú percibes lo contrario. Para mí es lo mismo.

Hay un ejemplo muy preciso en la Torá cuando el Creador le promete a Abraham: “Haré de tu hijo el fundamento de todas las generaciones espirituales de la Tierra”. Y cinco minutos después Él dice: “Sacrifícalo” ¿Cómo podemos comparar estos dos eventos y decir que son la misma cosa?

Comentario:

 Entonces, ¿cómo puedo escucharlo en este caso?

Respuesta:

Precisamente así, como escuchó Abraham. Solo que él tuvo la oportunidad de elevarse por encima de estos dos eventos, no con su mente terrenal, sino con su mente espiritual, con la fe por encima de la razón, es decir, en la cualidad de otorgamiento, para ver que es la misma cosa.

Por lo tanto, no es necesario decir que el maestro está equivocado. Al fin y al cabo, al mismo tiempo, te cortas la oportunidad de elevarte a un nuevo grado de razón donde los opuestos se unen y no se destruyen ni se anulan.

Este es el momento de la verdad más elevada, al que no podemos llegar con nuestros cerebros humanos. Pero este es exactamente el punto a través del cual puedes pasar, como a través de una pared. Se separará de repente y pasarás.

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