Pregunta: ¿El otorgamiento es una acción o un deseo de otorgar?
Respuesta: ¿Qué puedes darle tú al Creador? Él no tiene ninguna carencia, excepto tu actitud hacia Él. Incluso esto es innecesario para Él.
Lo único que le falta es que tú te hagas igual a Él. Con esto, tú lo complacerás. ¿Por qué? Porque entonces tú te encontraras en un estado mejor.
“¡Pero yo no quiero estar en un estado mejor! ¡Lo que quiero es pensar sólo en el otorgamiento!” Pensar en el otorgamiento es igual que pensar en como lograr un estado mejor.
Lo importante es lo que te dirige: el otorgamiento al Creador. Es con este propósito que tú alcanzas un estado perfecto, o bien deseas este estado simplemente porque es mejor y el otorgamiento te aporta un beneficio… ¿para qué trabajas?
No puede existir el deseo de otorgar sin su realización. Si tienes un deseo, debes de realizarlo. La acción del otorgamiento y el deseo de otorgar son lo mismo.
En lo espiritual no existen acciones físicas. Todo nuestro trabajo consiste en lograr el deseo de otorgar. ¿Qué puedes darle al Creador? ¡El deseo de otorgarle a Él! Revelamos la Luz de Jojma. ¿Con relación a quién debemos de revelar esta Luz: al Creador o a la creación?
La Luz de Jojma llena todo el sistema. Lo único que tú haces es revelar esta sensación en ti mismo: que tú disfrutas, otorgas y te haces infinito. Tu deseo es lo único que cambia (Kli).
“¡Otorgo al Creador!” ¿Qué otorgas?… ¿Acaso antes Él no tenía la Luz y ahora si la tiene? Tú le das tu actitud. Tu actitud hacia Él es la “acción”.
Tu deseo ya es la acción. Pero este deseo debe ser realizado, de otra manera no se considera como deseo.
Este deseo debe desarrollarse en todas las 4 etapas. Entonces, sin duda, desde la cuarta etapa, la Luz Reflejada llegara a Keter. Esto es el otorgamiento.
¿Pero dónde está el otorgamiento en Keter? Uno siente que le otorga al Creador y esto es suficiente. Porque el Creador no tiene deseos (Kelim): ni para recibir, ni para otorgar. Él no tiene nada.
Pero cuando tú sientes que le otorgas a Él, este es su deleite, porque Él está en ti. Tú dejas que la Luz ilumine.
(Extracto de la lección nocturna sobre el libro del Zóhar, correspondiente al 24 de mayo 2010)