Un precioso retoño del alma
La razón no nos obliga a trabajar en otorgamiento. Nos damos cuenta que no estamos preparados en absoluto para pedir, no estamos dispuestos a otorgar ni a unirnos. Necesitamos hacer crecer este deseo en nosotros mismos porque inicialmente sólo somos egoístas y no diferimos de los animales.
Si queremos descubrir el punto en nuestro corazón, la parte celestial que viene de arriba, el retoño del otorgamiento, debemos poner mucho esfuerzo y ayudarnos mutuamente en el grupo. Cultivamos el poder del otorgamiento en nosotros como si fuera a partir de una gota de simiente implantada en nosotros hasta su medida completa, que es llamada, alma.
El Creador no es revelado como si Él estuviera en algún lugar lejano y al final yo fuera hasta ahí y lo encontrara. Debo sentir al Creador dentro de mí, sentir esta cualidad en mí. En cierto punto quiero recibir para mí mismo y después quiero dar -esas cualidades son reveladas dentro de una persona.
El Creador está “cerca” de mí o “lejos”- es decir, si quiero ser como Él o no, si quiero que la cualidad de otorgamiento gobierne sobre mí o no.
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De la 1a parte de la lección diaria de Cabalá 22/nov/20, “Trabajo en Fe por encima de la razón”
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