Baal HaSulam, Carta No. 57: Todo, lo grande o lo pequeño, es decir, todo lo que tenemos, todo lo que podemos alcanzar en la espiritualidad, se obtiene con el poder de la plegaria. Todo el trabajo y la tarea que estamos obligados a realizar, es sólo para descubrir nuestra falta de fuerza y nuestra bajeza —que no se arreglan con nuestra propia fuerza —por eso (estamos convencidos) podemos dar a Él, una plegaria con todo el corazón.”
Descubrir que no tenemos la fuerza ni la intención, que no podemos hacer nada, que no sabemos nada, que no entendemos y que se nos olvida que somos pequeños egoístas —que todo es cierto, pero que debe percibirse correctamente.
A pesar de que en nadie existe el deseo verdadero, gradualmente empezamos a conectar y a sentir que nada puede ayudarnos, excepto un clamor. Como los bebés, ¿qué tienen? —llanto. Es lo único que los salva y gracias a esto, sobreviven y crecen. Por otro lado, tienen una madre que piensa en ellos todo el tiempo.
Es lo mismo con nosotros. Debemos gritar y exigir al Creador que se ocupe de nosotros. Mientras más esfuerzos hagamos, más nos sentiremos perdedores e insignificantes; es lo único que se necesita para alcanzar la plegaria perfecta.
Y el Creador, constantemente se ocupado de nosotros, hasta que nos demos cuenta y sintamos Su trabajo en nosotros, Su cuidado por nosotros.