Pregunta:
¿Venimos al grupo para alcanzar la desesperanza y la impotencia comunes?
Respuesta:
No, venimos al grupo para revelar al Creador dentro de él; sin embargo, cuando nos ponemos a trabajar, revelamos la imposibilidad de conectarnos por nuestro propio esfuerzo.
De manera similar, la humanidad debe convencerse a sí misma en su nivel inferior de que es incapaz de alcanzar una vida humana terrenal normal. Nada les funciona en la vida familiar, en la crianza de los hijos, la tecnología, el trabajo, la cultura o la ciencia, hagan lo que hagan solo se hacen daño a sí mismos. Poco a poco la humanidad se va convenciendo verdaderamente de ello.
Luego se les invita a corregir esto con la luz Superior, la energía positiva que trabaja dentro de nosotros. La Cabalá explica que esta energía solo puede extraerse del trabajo en común sobre nosotros mismos para alcanzar un denominador común.
Supongamos que en teoría, estamos preparados. Una parte de la humanidad, por ejemplo, Bnei Baruj, lo desea, pero cuando empezamos a trabajar en la conexión, nosotros, como toda la humanidad, también sentimos la imposibilidad de ello; aunque queramos cedernos unos a otros, cuidarnos, empatizar y sufrir juntos ¡no funciona!
El Creador deliberadamente hace que no podamos adaptarnos correctamente y convertirnos en amos del mundo (no podemos ser amos del mundo porque somos seres creados), pero Él hace que nos desilusionemos de nuestra propia fuerza y sintamos la necesidad para Él. Entonces es cuando apelamos a Él y Él construye un sistema de conexión integral correcta entre nosotros llamado Arvut (garantía mutua).
Solo después de esto podremos trabajar constantemente con este sistema de conexión. Su revelación entre nosotros se llama entrada al mundo Superior, porque en ese caso comenzamos a ver toda la creación en conexión entre nosotros a través de un órgano de percepción llamado «el grupo», «las diez Sefirot «. Entonces podremos avanzar con calma, sin errores, entendiendo al mismo tiempo lo que debemos hacer.
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