No caigas en la unidad egoísta

Entérate de la respuesta a este y más cuestionamientos planteados en la sección de preguntas y respuestas al Dr. Michael Laitman en Quora.

Michael Laitman, en Quora: 

¿Cómo podemos prevenir guerras futuras?

El sufrimiento y la pena en la guerra actual, deberían despertar la sensación de que carecemos de una conexión humana positiva.

Si queremos prevenir futuras guerras, entonces nos tenemos que conectar de manera armónica con los demás y ver esa conexión con una importancia primordial. 

Además, en nuestra cercanía, tendríamos que descubrir un estado de responsabilidad mutua. Es decir, si una persona hace algo en detrimento de otros, entonces todos somos responsables de ese acto —todavía tenemos que construir en toda la sociedad el espíritu unificador necesario, que hará que todos se sobrepongan voluntariamente a sus impulsos negativos y divisorios. 

Tenemos entonces que pedir con toda nuestra fuerza, para que nuestros corazones se ablanden y entiendan, que solo nuestra conexión de corazón a corazón puede salvar a la humanidad. Así podemos progresar hacia un estado de paz en el mundo. 

Basado en el video «Cómo evitar guerras futuras», con el cabalista Dr. Michael Laitman. Escrito/editado por estudiantes del cabalista Dr. Michael Laitman.

¿Cómo puede el mundo ser mejor? 

El poder de la conexión, la unión, la responsabilidad y cuidado mutuo, son la clave para hacer un mundo mejor y más equilibrado.    

Hoy en día las calamidades y amenazas, son en última instancia para que nos abramos más entre nosotros y así, traigamos para todos un estado más unificado, armónico y pacífico.  

Entonces, tenemos que usar las crisis actuales para conectar mejor y para difundir la unidad y la responsabilidad mutua como la solución a cada uno de nuestros problemas.            

Basado en el video “¿Cuál es la clave para un mundo mejor?” con el cabalista  Dr. Michael Laitmany y Oren Levi. Escrito/editado por estudiantes del cabalista Dr. Michael Laitman.

No caigas en la unidad egoísta

Los trágicos acontecimientos recientes de la guerra entre Israel y Hamás han dejado mucho más claro que nuestra mayor vulnerabilidad ante los terroristas no está en las amenazas externas, sino en nuestras divisiones internas. Las propias manifestaciones, protestas y vitriolo que difundimos entre nosotros nos debilitan y envalentonan a quienes desean atacarnos. Mientras la importancia de la unidad está ampliamente reconocida, lo que sigue estando menos claro es que la unidad no es más que el paso inicial de una misión más profunda. 

La historia de la Torre de Babel sirve como ilustración conmovedora de las consecuencias de abusar de la unidad. Los Babilonios, unidos en un propósito, aprovecharon el poder de la unidad para construir una torre alimentada por un egoísmo de grupo. Debido a su mal uso egoísta de la fuerza unificadora, la torre acabó derrumbándose, dispersándose y confundiendo su lenguaje. Del mismo modo, la historia del comunismo revela cómo una búsqueda aparentemente noble de igualdad y amistad, arraigada en la unidad, puede derivar en codicia y opresión, con la consiguiente pérdida de millones de vidas. 

La unidad, cuando se construye sobre los cimientos defectuosos de motivos egoístas, corre el riesgo de socavar su potencial para el cambio positivo. No basta con proclamar «juntos venceremos». La mera unidad puede alejar a los enemigos externos, pero no aborda la persistente batalla interna contra nuestros impulsos egoístas divisivos que afloran en nuestro interior a cada momento. Sin un principio rector Superior, el ego resurgirá, perpetuando un ciclo de conflicto y atrayendo amenazas externas. 

Lo que distingue a este principio rector Superior no es la figura de un abuelo lejano que habita en las nubes, sino una fuerza unificadora positiva que se manifiesta en las conexiones que construimos por encima de nuestras tendencias egoístas divisivas. Esta fuerza está arraigada en las leyes fundamentales de la naturaleza que se revelan a través de las intenciones de aquellos que se unen en una aspiración común de proyectar las cualidades más básicas de la naturaleza – cualidades de amor, otorgamiento y conexión – unos a otros y que desean que estas cualidades se extiendan al mundo en general. Entonces, la unidad que establecen estas personas se basa en la unidad fundamental que existe en la naturaleza, que atrae igualmente la armonía y la paz que habitan en la naturaleza. 

Para construir una sociedad que perdure, debemos elevarnos por encima de la mera unidad y establecer una sociedad basada en las leyes de la naturaleza. Sin ese alineamiento, cualquier construcción social corre el riesgo de derrumbarse, poniendo en peligro a sus miembros. Reconocer la necesidad de adecuar nuestra unidad a la forma de unidad eterna y perfecta de la naturaleza es esencial para romper el ciclo de luchas internas y amenazas externas. Así pues, necesitamos cultivar la unidad en la sociedad que se construye en beneficio de todos, una unidad hecha de actitudes de sus miembros que se alinean con la cualidad de amor, otorgamiento y conexión de la naturaleza. 

Escrito/editado por alumnos del cabalista Dr. Michael Laitman

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