Recibí un par de preguntas de estudiantes provenientes de algún lugar en el mundo:
Pregunta: Aquí en África, las personas no desean realmente saber lo que existe más allá de nuestro mundo, pero desde que yo era muy joven siempre me ha fascinado el mundo y he querido descubrir toda la verdad. Últimamente, he estado pensando en cómo podría ayudar a las personas a cambiar su manera de ser y dar sentido a sus vidas. He comenzado a hablar con los demás sobre la bondad y acercarse al Todopoderoso y siento mucho placer por lo que hago por los demás. Antes esperaba una recompensa por mis acciones, pero ya no la quiero. Mi mayor deseo es que todos nos acerquemos a Dios. Me encuentro rezando y diciéndole a Dios que, en lugar de estar en el cielo con Abraham, me gustaría mejor estar aquí en la tierra hasta que el último de nosotros se encuentre allí con nosotros
¿Por qué me siento responsable por el mundo? ¿Por qué depende mi felicidad del bienestar de los demás? ¿Es una señal de Dios o únicamente buenos deseos? Por favor dígame algo sobre estado de mi mente. Gracias anticipadas por su ayuda. Alhain Kadima
Mi respuesta: Sencillamente ha revelado usted un nuevo deseo en su interior: el deseo de otorgamiento para el Creador – un deseo que los demás no tienen. Debería usted de concretizarlo y entonces dará usted un gran regalo al mundo y a usted mismo.
Pregunta: Soy un estudiante nuevo y quisiera hacerle la siguiente pregunta: ¿Podemos decir que nosotros sólo adquirimos el conocimiento y la verdadera percepción de la realidad (Jojma) en la medida en que seamos capaces de transmitir esta verdad a los demás (Bina)? ¿Es decir, que tan sólo podemos discernir la estructura de la ley del amor al ir experimentándola en todos los aspectos de la vida? Gracias. Tiago.
Mi respuesta: Sí, al otorgar a los demás, construimos un deseo colectivo dentro del cual percibimos a la única fuerza en el mundo: al Creador.
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