Recibí una pregunta: Todos los países parecen estar hablando de unidad, pero entretanto, suben sus tarifas. ¿Cómo podemos informar a la gente lo que necesitamos hacer para dejar de estar separados del resto del mundo?
Mi respuesta: La gente no entiende claramente lo que está ocurriendo. La manera de pensar de antes les provee una receta efectiva y fiable: apartémonos de los demás países y trabajemos nuestros asuntos internos. En otras palabras, gastemos la menor cantidad de dinero posible en el extranjero mientras absorbemos y recibimos tanto como sea posible del exterior.
Esta conducta es típica de la persona que se encuentra en una crisis: desea ahorrar y almacenar tanto como sea posible y gastar o utilizar lo menos posible. La misma conducta también es típica de los gobiernos. Es una reacción egoísta del instinto de auto-conservación. Pero, hoy en día, nos está matando y sólo nos llevará a un régimen nazi y a una guerra.
Sin embargo, es posible adoptar una actitud diferente: restringir la instintiva reacción egoísta de aislarse de los demás y pensar unidos en lo qué es necesario hacer. Si lo único que nos puede salvar es la unión de todos, porque estamos ligados por una conexión interior, realicemos un esfuerzo para que esta conexión sea correcta
Los países tienen que adoptar convenios que sean los «reguladores de las relaciones». El acuerdo estipularía que cada nación recibe y consume cualquier cantidad de recursos que requiera y si llegara a tener una ganancia extra, deberá cederla a un fondo mundial. Si la comunidad global accede a estos principios y comprende que son necesarios, entonces la humanidad se salvará. Y la gente ya tiene la capacidad de comprender todo esto.
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