En las noticias (de The New York Times): «Las pérdidas de empleo apuntan a una vasta reestructuración de la economía». Los aumentos en las tasas de desempleo podrían estar reflejando una penosa reestructuración de la economía norteamericana. En las industrias clave de manufacturas, servicios financieros y ventas al menudeo, muchas empresas están dejando a un lado áreas enteras de sus negocios. «Las empresas están tomando la decisión de cerrar sus operaciones o abandonar alguna línea de actividad», manifestó Martin N. Baily, Presidente del Consejo de Asesores Económicos bajo el mandato del ex presidente Clinton y ahora miembro de Brookings Institution.
El proyecto de ley de estímulo al gasto, firmado el mes pasado, incluye 4.5 mil millones de dólares para la capacitación laboral. Es apenas un primer paso para ocuparse de un área desatendida, dijo Andrew Stettner, Director Adjunto del Proyecto de Ley Nacional de Empleo en Nueva York. «Se debe aprovechar el momento para la readaptación profesional», indico el señor Stettner.
Mi comentario: Esto es verdad; sin embargo, incluso una nueva economía no funcionará a menos que su propósito sea global e integral, siempre que se produzcan bienes y servicios para beneficio de todo el mundo. El productor sólo recibiría según sus necesidades y cedería el resto al fondo común. La readaptación profesional debe incluir la reeducación de las personas sobre la vida en un mundo globalizado. De otra forma, la gente no entenderá las leyes de la Naturaleza y por consiguiente, no podrá triunfar bajo las nuevas condiciones.
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