Debemos entender que la vida corporal depende cada día más y más de nuestro estado espiritual. Vemos que la humanidad, día tras día, se hunde en problemas globales cada vez más grandes y en mayor incomprensión, confusión e incertidumbre sobre el futuro.
El Creador quiere que sintamos que dependemos de fuerzas desconocidas. Todos los sistemas que hemos construido en el mundo, para tener mayor fuerza, seguridad y confianza en la vida, están siendo destruidos. Día a día, el hombre se sentirá con menos confianza y no sabrá cómo construir su futuro ni lo que le traerá el mañana.
Esta falta de seguridad quebrantará a la gente, porque será imposible hacer planes ni para hoy ni para mañana. No se sabrá qué hacer ni cómo vivir. La humanidad perderá toda esperanza y proyecciones a futuro y se sentirá como niño perdido, que llora sin saber a dónde ir ni dónde están sus padres.
Hay otro problema aquí, al perder su apoyo en la vida, el egoísmo se cuelga de hilos y empieza a buscar al culpable. Si encuentro a quien culpar de todo, tendré un objetivo y un referente que no me dejará colgando en el aire, entre el cielo y la tierra.
Y este es un giro muy peligroso para la confrontación. Por lo tanto, es necesario mostrar a la humanidad que no hay elección y que la solución puede alcanzarse sólo con la conexión.
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Del Congreso Internacional de Cabalá, 25/sep/21, “Entrar al estado espiritual – Revelando un nuevo mundo”, lección 1
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