El Creador ha hecho al hombre incapaz de ayudarse a sí mismo… El Creador ha endurecido el corazón del hombre para que sea incapaz de sobreponerse al mal en él y necesite al Creador. Con esto, el hombre necesitará ser recompensado con NRNHY de Neshamá (Rabash, Artículo 1, 1989, “¿Cuál es la medida de Teshuvá [arrepentimiento]?”).
El Creador hizo todo para que la persona no pueda revelar el mundo superior ni al Creador, pero sentirá la necesidad de Él y se volverá hacia Él con una petición que obligue al Creador a que le ayude.
Ese es el “gancho” que tenemos que hacer, por un lado, anhelar el alcance del Creador, revelarlo a Él, parece posible y nos echamos de cabeza; por otro lado, tropezamos, caemos, cometemos errores y nos convencemos cada vez más de que no podemos hacerlo por nosotros mismos.
Cuando la persona llega a la más grande devastación, al mayor descontento y eleva sus manos, porque se da cuenta de que solo por su cuenta no tiene manera de revelar al Creador y que, por otro lado, sigue sin poder salir, tiene que comprenderlo a Él —estas son dos fuerzas opuestas, facultades, sensaciones y pasiones que comienzan a construir en él la vasija en la que el Creador se revela.
De este modo, un deseo de llegar al Creador y el desacuerdo de la incapacidad de lograrlo, se revelan dentro de la persona. Entonces, entre estas dos fuerzas, es que el Creador se revela.
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