Recibí una pregunta: ¿Por qué la Torá justifica a Jacob cuando le miente a Esau? Esau viene hasta Jacob con los brazos abiertos, sin embargo Jacob lo rechaza y trata de deshacerse de él con regalos
Mi respuesta: La Torá habla sobre la corrección de una persona, que lo vuelve semejante al Creador. Jacob representa la intención de otorgamiento y Esau representa el deseo de recibir, nuestro egoísmo. Esau no comprende que siempre permanece vacío porque su intención es «para sí mismo» y que solamente cambiando a la intención de «para los demás» instantáneamente quedará pleno por el llenado eterno y Superior, la Luz. Esto es algo que el egoísmo no entiende y es por eso que una persona debe engañar a su egoísmo. Tiene que seducir al ego para trabajar en el desarrollo espiritual diciéndole que va a evitar el sufrimiento y que estará lleno de la plenitud espiritual y la revelación.
De esta forma, nuestro egoísmo nos ayuda a estudiar Cabalá porque espera una satisfacción por ello. Estudia Lo Lishma para sí mismo. Sin embargo, en el proceso del estudio, la conexión con los amigos y recibir la Luz de la Corrección, la persona deja de valorar la intención «para sí mismo» y en su lugar empieza a valorar la intención «para otorgar» a los demás, al Creador.
Esto sucede en virtud de la influencia de la Luz. Y cuado su intención cambia, puede empezar a utilizar su egoísmo (Esau) con el fin de recibir para otorgar. Así es como uno alcanza el llenado eterno y perfecto. Esta maniobra es similar a la forma en que engañamos o atraemos a un niño a estudiar y a la larga acaba entendiendo que todo se hizo por su propio bien. Es de esta manera que el Creador se comporta con todos y cada uno de nosotros.
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