Había un Kli infinito, que no estaba corregido y el Creador parecía ser la fuente del mal. Entonces yo corregí un solo elemento del Kli, justamente el elemento que me pertenecía en ese momento y de pronto descubrí que el Creador ahora es bueno conmigo.
¿Así que qué ocurría ayer? A medida que continúo la corrección, siento que Él siempre me ha tratado bien, ¡en el pasado, en el presente y en el futuro!
¿Pero que hay de las otras personas? Cuando me conecto con ellas, descubro que son también parte de mi Kli. Por lo tanto, agrando mi corrección para englobar a la creación entera, el Infinito, e incorporo todo esto dentro de mí.
Todo depende de mi corrección. En la medida que me corrijo a mi mismo, descubro que el Creador es bueno y en la medida que no me corrijo, lo revelo como malo. Cada persona juzga las cosas según su corrección o la falta de ella. No existe pasado, presente o futuro, sólo hay grados de revelación de los Kelim corregidos, los grados de mi corrección.
(Extracto de la tercera parte de la lección diaria de Cabalá).