Toda la diversidad en la creación se crea por la interacción de dos fuerzas: dar y recibir. Su interacción resulta en la formación de imágenes que claramente percibimos porque estas dos fuerzas se unen dentro de una persona. No percibimos la fuerza de recepción o la fuerza de otorgamiento separadamente. Siempre sentimos su interacción que describe varias imágenes del mundo dentro de nosotros.
Estas imágenes dependen del espesor de nuestro deseo (0, 1, 2, 3 y 4) que es la vasija en donde la fuerza de otorgamiento ilustra estas cualidades a una persona. Dependiendo de esto, uno siente los objetos inanimados, vegetativos y animados en la naturaleza, o al ser humano (el alma) y el Mundo Superior.
(Extracto de la tercera parte de la lección diaria de Cabalá)
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