Cimientos del alma

Si el Señor no construye una casa, sus constructores trabajan en ella en vano. 

El Creador debe construir la estructura de nuestra alma, no nosotros por nosotros mismos. Entonces, ¿Cómo podemos entrar en esta casa construida por el Creador? ¿Sobre qué cimientos se sostiene? 

Todos los cimientos de esta casa son mi decena. Es como si cavara agujeros en el suelo y echara en ellos pilares que utilizaré para sostener la casa que voy a construir. Estos cimientos están dentro de mi deseo egoísta; cavo agujeros en él y coloco en ellos los pilares de los cimientos. Si no, la casa no se sostendrá.

Tengo que reforzar estos cimientos, profundizar en la tierra y echar el piso de los cimientos sobre la que instalaré pilares de concreto. Cuando levante tantos pilares como sea necesario según los cálculos, ya podré construir paredes entre ellos, revestimientos para el suelo, etc. Este es nuestro trabajo tanto en la construcción espiritual como en la corpórea. Los mismos principios se aplican en todos los mundos.

Cada pilar sobre el que se levanta el edificio es nuestra conexión. Debemos conectarnos a través de todos los tipos posibles de conexiones: la primera vez según las cualidades de un amigo, la segunda vez según las cualidades de otro, la tercera vez según las cualidades de un tercero. Así es como construimos un edificio que tiene diez Sefirot principales.

Luego, dentro de este marco, comenzamos a construir pisos y a colocar revestimientos entre los postes. Esto ya es a través de una simple conexión entre nosotros en el mismo nivel cuando cada uno completa al otro anulándose para estar conectado.

Hay muchos detalles en esto, que debido al reflejo de las raíces espirituales también están presentes en nuestro mundo corpóreo. Principalmente, la conexión se produce a través de diferentes formas de nuestra auto-anulación mutua.

Construir una conexión entre nosotros significa construir el Templo, el edificio de nuestra alma. Tratamos de construir esta conexión y vemos que no somos capaces de hacerlo, comenzando de nuevo cada vez desde un nuevo rechazo y desesperación. Entonces nos damos cuenta de que nos falta la fuerza del Creador para sostener el edificio.

Nos conectamos unos con otros, pero el Creador debe sostener esta conexión. Entonces añadimos una más, luego otra, y el Creador lo sostiene todo. Lo necesitamos como la fuerza que nos mantiene unidos cuando tratamos de acercarnos unos a otros.

Necesitamos al Creador como base de nuestro trabajo, lo necesitamos para organizarlo, para preservar los éxitos que hemos conseguido y para corregir nuestros errores. Lo necesitamos a cada paso del camino. Nosotros ponemos nuestro deseo, y el Creador lo corrige, une uno con otro, y lo mantiene unido.

Es imposible hacer algo sin la ayuda del Creador, y sin el trabajo del Creador, nada se construirá en la forma correcta.

 

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