“Circuncisión” de los deseos egoístas

El séptimo mandamiento es el de circuncidar al octavo día del nacimiento, y quitar la parte sucia del prepucio. (Zóhar para todos. “Introducción a libro El Zóhar”. El séptimo mandamiento Nº223)

Este mandamiento tiene un significado solamente interno. Nos define lo que representa nuestro egoísmo y conforme nos desarrollamos, como está escrito, al “octavo día”, se realiza la circuncisión.  

Quiere decir que removemos la inclinación egoísta de nuestra naturaleza, en la que nacimos y nos desarrollamos, para quedarnos solo con la parte no egoísta del deseo, que nos ayuda a crecer en la espiritualidad, a actuar correctamente con los demás y nos guía hacia el amor entre nosotros. 

En otras palabras, el mandamiento de la circuncisión, es cuando la persona revela algunos deseos dentro de sí, los cuales no puede corregir. Los corta y no los usa. 

El octavo mandamiento, es amar al prosélito que llega a ser circuncidado (Zóhar para todos. “Introducción al libro El Zóhar”. El octavo mandamiento Nº 228) 

Esto significa que debemos ayudar en todo lo posible a aquellas personas que no han trabajado en sí mismas y que no han intentado sobreponerse a la inclinación al mal (egoísmo), pero que ya han desarrollado una tendencia a hacerlo. Debemos atraerlos a nosotros. 

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