La industria publicitaria determina nuestra vida entera. Baal HaSulam escribe en su artículo «La Libertad» que siempre estamos bajo la influencia de nuestra sociedad, ya sea que se trate de nuestra familia, parientes, colegas del trabajo, la radio, la televisión, etc. Lo anterior es particularmente cierto en los niños, a los que influye la escuela, los compañeros de clase, el material de estudio, etc. Toda nuestra vida la pasamos haciendo las cosas que la sociedad nos pide. ¿Cómo puede una persona liberarse de los deseos «ajenos»? ¿Cómo podemos dejar de convertir los deseos de los demás en propios? ¿Cómo podemos dejar de ser robots, esclavos o zombis, cuya vida entera la pasamos satisfaciendo los deseos de otras personas y trabajando para que otro tenga una ganancia? De hecho, sólo existe una solución, elevarse por encima del egoísmo.
Es a nuestro egoísmo a quien va dirigida la publicidad, convirtiéndonos en sirvientes irracionales, siguiendo la voluntad y deseos de los demás. Cuando nos damos cuenta de la trampa que el egoísmo y la sociedad nos han tendido, descubrimos que es indispensable salir del egoísmo. Es lo que nos revela la Cabalá.
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