Creando un nuevo sensor para percibir el mundo

Pregunta: ¿Se puede sentir al Creador y al mundo superior antes de que una persona revele el primer grado de espiritualidad para sí misma?  

Respuesta: ¿Cómo se podría hacer? ¿Qué se sentirá? 

¿Cómo se arregla un dispositivo sensorial? Tiene cierta fotosensibilidad, es decir, sensibilidad a ciertas ondas o frecuencias. Pudiera ser no nuestra luz, pero tal vez un láser, así como se graban placas base, microprocesadores, etc., con 1-0-1-0. 

Se requieren precisamente estas sensaciones: 1-0, 0-1, luz-oscuridad, oscuridad-luz, otorgamiento-recepción, recepción-otorgamiento, más-menos y dónde y cómo, en qué atributos, en qué conexiones, etc. Toda la naturaleza consta de estas dos fuerzas; ¡no hay nada más! Hay que crear en uno mismo la mayor cantidad de comparaciones: 1-0, más-menos, otorgamiento-recepción.  

Cuando un número suficiente de esos pares espirituales 1-0, 0-1 se forman en la base, cuando se reconoce que esto es otorgamiento, esto es recepción y viceversa, entonces comienza a sentirse la imagen completa, dado que puede describirse en el sustrato en todos sus aspectos, matices, variaciones y estilos.   

Es necesario un gran número de celdas, 1-0, 0-1, otorgamiento-recepción, recepción-otorgamiento, tanto en líneas como en columnas, es decir, un gran número de vectores distintos. Si no se cuenta con esa base, ¿cómo se puede usar algo? ¡No se tiene un sensor! 

¿Cómo se organizan nuestra visión y cerebro? ¿Cómo está todo arreglado? ¿Cómo llevamos nuestra vida hasta que somos adultos? Constantemente estamos internamente registrando en estas celdas, agregando habilidad para una percepción correcta del mundo. Esto se conoce como educación.   

Aquí tenemos la educación espiritual, cabalística, integral. Así, hay que crear ese sensor en uno mismo. ¿De cualquier forma, a dónde te escapas? Si no lo tienes, ¿dónde te sentirás?

A fin de cuentas, necesitas construirlo todo. La Cabalá es la construcción del órgano de percepción del mundo superior que existe a nuestro alrededor, pero que no sentimos. Por esta razón, se llama sabiduría de la recepción, la sabiduría de la percepción.

 


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