La Tierra es similar a una célula y al igual que todo lo que tiene vida en ella, nuestro mundo evoluciona de la individualización competitiva hacia una interacción sustentable de vida. La Naturaleza nos ilustra sobre la interconexión e interdependencia histórica y global de todos los seres vivientes que habitan la Tierra.
El sistema económico funciona en forma similar al cuerpo humano. Estudiando el cuerpo como un solo organismo unificado, podemos descubrir los principios correctos para gobernarnos a nosotros mismos y a nuestra sociedad. Estos principios no los implantó la Naturaleza en nosotros, sino más bien, nos fueron conferidos para ser utilizados libremente, para que de manera voluntaria los dominemos y los apliquemos a nosotros mismos. De esta forma eliminaremos los principios que son perjudiciales a la economía y a la vida en general, y utilizaremos sólo aquellos que son beneficiosos.
El cuerpo humano constantemente regenera sus células, preservando así su forma y eliminando lo que no necesita. El cuerpo puede sustentar la vida sólo bajo la condición que sus partes biológicas se apoyen mutuamente y no se opongan entre sí. En el pasado, la lucha por la supervivencia fue el principio del desarrollo. Sin embargo, la sociedad de hoy es como un solo organismo unificado, y como tal, está gobernado por un nuevo principio: el de un organismo único. Este principio establece que la vida se fundamenta en la interconexión entre los sistemas vivos.
Es la razón por la que en nuestra generación, tenemos que cambiar del principio de rivalidad sin límite a la interacción voluntaria. La evolución sin restricciones ha llegado a su fin. El sistema de la Naturaleza ha sido revelado y debemos volvernos parte de éste.
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Ya no podemos competir uno con otro porque somos un organismo único