Detrás de las palabras en El Libro del Zóhar

29_100_wp[2]Cuando leemos El Libro del Zóhar, no solamente tratamos de imaginar nuestros deseos y cualidades interiores detrás de todas sus palabras, también intentamos ver una Fuerza Superior, cuya presencia impregna todas estas definiciones interiores. Esta Fuerza Superior desea que la revelemos de esta forma.

Estas son las tres dimensiones:

 1.-Yo – el que siente, lee y entiende estas palabras en forma sencilla.

2,.Las palabras que deseo imaginar en la forma de mis fuerzas y cualidades interiores.

3,.La Fuerza Superior que se oculta detrás de estas fuerzas y que yo trato de penetrar al intentar interpretarlas correctamente.

Como Baal HaSulam dice en el artículo, Tu me has cercado por atrás y por delante, a pesar de que una persona se encuentre en un estado de revelación u ocultamiento y a través de todo lo que siente o imagina, todo su esfuerzo está dirigido a la revelación de una única fuerza, el Creador. Esta es la fuerza que constantemente nos gobierna.

Sin embargo, Él desea revelarse a nosotros a través de nuestros esfuerzos por ser semejantes a Él, es decir, de acuerdo a la semejanza de cualidades. Por eso Él actúa de esa forma.

Por lo tanto, el Libro del Zóhar, es una colección de ejercicios que, desde la primera palabra, necesitamos llevar a cabo continuamente. Empezamos entonces a percibir todas estas palabras en el nivel sensorial en lugar de con la mente, lo cual hace que sean más sencillas de penetrar. El texto empieza a ser más claro mediante las formas y combinaciones de letras y no es necesario que pensemos en ello.

Es la misma forma en que un niño aprende. No piensa en por qué las cosas se llaman de alguna manera en particular o por qué él imagina o las reconoce de tal manera. Eso le queda claro. Estamos en la misma situación en este aspecto. Sin embargo, además del hecho que intentamos reconocer algunas cualidades interiores nuestras detrás de cada palabra, podemos también  necesitar ver la meta detrás de todo, la misma fuerza que nos apoya, dándonos la oportunidad de revelarla.

Es como un adulto que juega con un niño. El Creador juega con nosotros de esta forma también. Nos da algunos ejercicios y qué tan bien los hagamos depende de nosotros. El sistema existe. Esta ley está establecida y no puede ser violada.

Por consiguiente, necesitamos intentar ver a la única fuerza, el Creador, a través de todas las palabras que leemos en El Libro del Zóhar. Y aunque estamos leyendo sobre diferentes fuerzas que son extrañas, opuestas entre sí, buenas y malas, necesitamos reconocer que la única fuerza existe detrás de ellas: una fuerza que es buena y bienhechora, que controla todo únicamente para beneficiarnos, para acercarnos a la meta.

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