El árbol de la vida del rabino Itzjak Luria, Ari

Sabed que antes del principio de la Creación había solo la Superior
Luz que lo llenaba todo,
Y no había ningún espacio libre sin llenar,
Nada más la Luz sencilla y homogénea que lo inundaba todo.

Y cuando decidió Él crear los mundos y las criaturas que habitan en ellos,
Revelando así su perfección,
La cual fue la causa de la Creación de los mundos,

Se contrajo Él en su punto central
Y se comprimió la luz y se alejó,
Habiendo dejado un espacio libre no ocupado por nada.
Y fue uniforme la compresión de Luz alrededor del punto central,
De manera que el vacío lugar adquirió una forma redonda,
Pues así fue la contracción de la Luz.

Y he aquí que luego de esta compresión
En el centro del espacio llenado con Luz,
Se formó un vacío redondo, y solo entonces,
Apareció el lugar donde pudieran existir las criaturas y la Creación.

Y he aquí que se colgó de la Infinita Luz un recto rayo,
De arriba abajo descendió, al interior de aquel espacio vacío.
Se tendió la Luz infinita descendiendo por el rayo hacia abajo,
Y en aquel espacio vacío creó completamente todos los mundos.

Antes de estos mundos existía el Infinito
De perfección tan maravillosa,
Que no tienen fuerzas las criaturas para percibir Su perfección,
Pues no puede la mente creada alcanzarlo a Él.
Ya que no tiene Él ni lugar ni fronteras ni tiempo.

Y como rayo descendió la Luz
Hacia los mundos que se encontraban en negro y vacío espacio.
Tanto cada círculo de cada mundo,
Como los cercanos a la Luz son importantes,
Mientras no hallamos nuestro mundo de materia en el punto central,
Dentro de todas las circunferencias, en el centro de la resplandeciente vacuidad.

Y tan alejado del Infinito, más lejos que todos los mundos,
Y por ello, es en definitiva materialmente tan bajo,
Pues dentro de todas las circunferencias se encuentra él,
En el centro mismo del resplandeciente vacío.

Traducción de Freddy Cadena, exclusivamente para la pieza «El Muro» del compositor español Nino Diaz.
Barcelona, julio de 2008.