La Cabalá dice que existen leyes estrictas en la naturaleza. Además, existen incluso leyes superiores, leyes de otorgamiento, que complementan nuestras leyes.
Nuestro mundo se basa en las leyes de la recepción. Toda la forma y materia de nuestro mundo es egoísta y manifiesta constantemente su egoísmo. Los electrones y los átomos se atraen e interactúan entre sí, los elementos químicos se agarran y se atraen, la naturaleza vegetal acumula todo lo bueno y exprime todo lo malo, la naturaleza animada consume todo para su propio beneficio, una persona mentalmente hace todo por sí misma y así sucesivamente. Estamos explorando el egoísmo. Esta es nuestra ciencia terrenal.
Hay otra naturaleza, el otorgamiento, que es dar a los demás, llenarlos tanto como sea posible. Esta naturaleza es absolutamente opuesta a la nuestra; es el anti-mundo. Y esto es lo que investiga la Cabalá.
Pero, ¿Quién puede explorar el antimundo? Un científico, que él mismo con sus cualidades, está en ello. En la medida en que desarrolle sus herramientas de cognición, podrá explorarlo. De lo contrario, el mundo superior no existe para él, está oculto.
Si me pides que te muestre algo del antimundo, no podré hacerlo. ¿Cómo vas a descubrir ese “algo” si no tienes una sola cualidad espiritual?
Si lo tienes, verás el mundo superior porque ya tendrás un nuevo sentido, la cualidad de otorgamiento y necesitas que te enseñen cómo usarlo y cómo controlarlo.
Lo más importante para nosotros es encontrar esta cualidad, verla en nosotros mismos, desarrollarla. Hacemos todo juntos, aunque es muy difícil. Lo principal es llegar al primer grado y como aún no sabes lo que es, realmente se revela como un milagro. Como si algo fuera cercano y comprensible y al mismo tiempo completamente imprevisto e impredecible, así es la cualidad de otorgamiento a todos nuestros deseos y pensamientos.
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