Recibí una pregunta: No entiendo lo que le sucederá a la sociedad durante el período de la transición del deseo de recibir a la voluntad de otorgar. La gente no encontrará satisfacción en el dinero o en el poder, pero aún no sabrán lo que es el otorgamiento. ¿Qué motivará a las personas a realizar actos de otorgamiento? ¿Cómo podrán las personas desearlo sin recibir algún placer de esta idea?
Mi respuesta: La gente sentirá satisfacción porque la sociedad los alentará a otorgar. La sociedad recompensará y respetará a la persona por su otorgamiento y eso le hará sentirse satisfecho. La meta de nuestro desarrollo es alcanzar una conexión interpersonal entre nosotros y la sensación de esta conexión nos abastecerá con el combustible para otorgar y amar.
Al final de cuentas, lo que una persona realmente desea no es solamente dinero en el banco, triunfo o poder, sino una plenitud interior, o una cierta respuesta de la sociedad hacia él. Todos los placeres que se encuentran por encima y más allá de nuestras necesidades físicas vitales, las percibimos como satisfacción intangible y virtual.
Además, existe algo que consideramos más precioso que la satisfacción que nos proporciona el dinero y me refiero a la plenitud que sentimos cuando recibimos el respeto y el aprecio de la sociedad. Esto es lo que los ricos y poderosos desean también pero no lo pueden obtener, porque cuando logran conseguirlo es falso, producto de soborno.
Lo peor que puede experimentar una persona es la crítica, la humillación y que lo desprecie la sociedad y hasta sus propios hijos. Esto es peor que la muerte misma. Lo opuesto a eso son las cualidades de respeto, reconocimiento y aprecio. Éstas nos proporcionan la mayor plenitud en la vida.
Nuestra tarea es fomentar una opinión pública que impulse a cada persona a cambiar, pasar de recibir de la sociedad a otorgar a la sociedad. Todos sentirán de esta forma la recompensa que se obtiene por dar a la sociedad.
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