Michael Laitman, en Quora: “¿Ganar la lotería es bendición o maldición?”
Margaret Loughrey, 56 años, de Strabane en Irlanda del Norte, fue encontrada muerta en su casa. En 2013 ganó 27 millones de libras en la lotería, adquirió bienes raíces, compró una casa, un pub y abrió un centro de recreación para los residentes de la ciudad. Planeaba construir viviendas asequibles para los residentes, en su propiedad. Gastó la mitad de lo que ganó en obras de caridad. El centro recreativo fue incendiado más de una vez. También recibió una sentencia suspendida por conducta ebria y desordenada. Más tarde afirmó que la gente le robó millones. Poco antes de su muerte, dijo: “Lamento haber ganado la lotería […]. Yo era una persona feliz. Soy un ser humano y lo único que hice fue destruir mi vida”.
En general, pensamos en ganar la lotería como una bendición, que si hubiéramos ganado la lotería habríamos usado bien el dinero. Pero no hay ejemplos así. Ganar la lotería es una maldición. Nuestras aparentemente buenas acciones, dentro del marco de nuestra comprensión limitada del mundo, es decir, dar millones de dólares a una o más causas, siempre se quedarán cortas y se nos volverán como boomerang de manera negativa.
No veo solución a ese problema, que no sea un extenso programa educativo mundial, que nos enseñe a desarrollar un sentido de responsabilidad mutua y consideración hacia los demás en la sociedad y a priorizar nuestra conexión positiva, por encima de nuestros impulsos divisivos.
La humanidad entenderá que después de todos los desafíos globales irresolubles, la única cura que quedará será implementar unidad entre todos. Necesitamos condiciones diferentes y no personas u organizaciones que intenten administrar estas cantidades masivas de dinero. Mi conclusión es no dar esas sumas de dinero. No incites a así a nadie. Yo no quedría tener esas sumas de dinero.
Basado en el video “¿Ganar la lotería es bendición o maldición?” con el cabalista Dr. Michael Laitman y Semion Vinokur. Escrito/editado por estudiantes del cabalista Dr. Michael Laitman.
Foto de dylan nolte en Unsplash.