Laboratorio viviente
La sociedad humana no cae en cuenta cuán interdependientes somos y el daño que nos hacemos al intentar separarnos y distanciarnos el uno del otro.
Y la verdadera realidad es un sistema con todos los elementos de esta completamente interconectados en todos los niveles. Y tenemos una oportunidad de ver esto dentro de la sociedad humana.
El grupo es un laboratorio donde estudiamos la naturaleza como un solo organismo. Esto significa que los individuos se reúnen y comienzan a aprender cómo estar juntos. Si pueden acercarse entre sí a pesar de su egoísmo y despiertan la fuerza de unidad, amor, participación y simpatía dentro de ellos mismos, entonces un vínculo especial surgirá entre ellos.
Es deseable que el grupo no esté mezclado para no confundirnos con la relación de los sexos. Es mejor tener sólo hombres o sólo mujeres en este, que sean más o menos de la misma edad, estatus y educación para que sea más fácil para ellos entenderse.
Mientras nos acercamos, sentimos un deseo conjunto por la unidad entre nosotros, una fuerza común que puede influirnos. Encontraremos que aparte de un deseo personal y egoísta con el que todos vinieron inicialmente, nace otro deseo común, el cual es llamado el “grupo”.
Antes de eso, éramos una simple reunión de personas. Pero nos convertimos en un grupo cuando creamos y construimos algo que se relaciona no con todos de forma individual, sino hacia todos nosotros. Sin este nuevo poder, el cual revelamos el uno en el otro, no habrá ningún grupo. No es posible remover cualquier miembro del grupo y retener esta fuerza.
Es decir, todos dependemos el uno del otro y queremos unirnos de tal manera que logramos este poder de unidad, el cual ya funciona fuera de nosotros, por encima de nuestro nivel. Esta fuerza no pertenece a ninguno de nosotros -es común. Entonces creamos una fuerza adicional que no existía antes.
Un grupo en el cual estamos todos unidos y cada uno anula su egoísmo en aras de otros, deseandose sólo el bien el uno al otro, produce una nueva fuerza común, la cual es llamada la fortaleza del grupo.
Nos sentimos relacionados con este poder. Ya no nos percibimos individualmente y de forma egoísta como antes. Esta percepción desaparece y no queremos recordarla, sino que debemos intentar estudiar sólo esta fuerza común. Después de todo, de esta manera cada uno incluye a todos los demás.
Por ejemplo si existe una decena de nosotros, entonces cada uno obtiene diez veces más poder del que teníamos antes. Y después en la decena, la fuerza es multiplicada, 10 x10, es decir, 100 veces más.
Y esto es sólo el principio porque al trabajar en nuestra conexión, multiplicamos esta fuerza común más y más. Es interesante que esta fuerza común ya no es egoísta sino altruista, la cual es la fuerza de otorgamiento mutuo. Después de todo, cada uno ha salido de su egoísmo hacia los otros, y así es como damos a luz al poder del otorgamiento, el poder del amor y unidad que está fuera del hombre.
Esta fuerza existe en la naturaleza más allá de nuestro egoísmo. De pronto damos luz a una nueva creación -llamada Adam, Hombre, y no cada uno de nosotros, ya que él estaba antes en su existencia animal.
Adam es un cuerpo espiritual, una fuerza, no materia. Todos sentimos que existimos dentro de ella, dentro de este deseo. Con la ayuda de esta nueva fuerza, creada por nosotros, podemos explorar una nueva realidad, es decir, podemos averiguar lo que sentimos en esta fuerza y cómo podemos vivir en ella.
Nos encontramos en un mundo completamente diferente, porque sentíamos el mundo dentro de nuestro deseo egoísta. Y al habernos elevado por encima del egoísmo individual y creado una gran fuerza altruista común, vemos una realidad diferente en ella, la cual es llamada el mundo superior espiritual. Adquirimos una nueva mente común, nuevos órganos y propiedades sensoriales, y nos sentimos en una nueva dimensión -no egoísta, como ahora, sino en un mundo de amor y otorgamiento.
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De Kabtv “Una nueva vida” 4/jul/17
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