Cuando lleguemos a una crisis verdadera, nos daremos cuenta que estamos totalmente controlados. Este hecho ya ha empezado a emerger. La ciencia, la cultura, la educación, la familia y otros aspectos de nuestra vida serán sometidos a un serio escrutinio y reevaluación.
Como resultado, llegaremos a la conclusión que no conocemos nada sobre nuestro mundo, que no tenemos ni idea de lo que ocurre y que estamos totalmente controlados. Además de eso, experimentaremos la necesidad de elevarnos encima de esta condición de servidumbre. Ese es el estado exacto que se llama «la esclavitud egipcia». Ciertamente es una servidumbre, pues una persona se da cuenta que es esclavo de su naturaleza egoísta que lo arrincona y hace lo que le place con él tomando ventaja del hecho que una persona está forzada a obedecer cualquier capricho de su propio egoísmo.
Es cuando el individuo siente la necesidad de salir de yugo de su propia naturaleza y entonces recibe una fuerza espiritual para combatir la fuerza corporal. Y entre la influencia de las dos fuerzas, él encuentra su libre albedrío.
Este es un momento crítico cuando dejamos de ser como animales y nos volvemos libres. Después de todo, los animales están totalmente gobernados, así es que todavía somos animales, en cuya situación aún no existe ni recompensa ni castigo. Todo nuestro desarrollo tenía la intención de conducirnos a la realización de nuestra propia futilidad y que somos los esclavos de la naturaleza. Cuando tomamos consciencia de esto, vamos a clamar y saldremos de la esclavitud hacia el nivel «humano».
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