Recibí una pregunta de uno de mis estudiantes: ¿Qué se supone que debo decir a mis amigos que se reúnen cuando preguntan, ‘¿Cómo te sientes?’ o ‘¿Cómo estás’ y que yo me siento medio muerto con gripe (o cualquier enfermedad)? ¿Es mejor evitar al grupo cuando me siento débil para no desanimarlos?
La mala salud me ha perseguido durante toda mi vida de adulto y hay otros como yo quienes realmente necesitan comprender las cuestiones de salud más profundamente que decirles que es un problema provocado por el «ego», porque a casi todos nos han dado toda clase de consejos espirituales, psicológicos, médicos específicos, pero conflictivos. He estado con Bnei Baruch durante un par de años y creo que Bnei Baruch puede promocionarse entre los enfermos crónicos como ‘target’ si tuviéramos más artículos que expusieran «remedios» o razones.
Mi respuesta: Existe una sola respuesta: todo esto proviene de nuestra diferencia entre nosotros y el Creador. Las diferencias específicas se revelan dependiendo del nivel de corrección de uno, ya que la corrección incluye la sensación de ser diferente del Creador así como su rectificación subsiguiente.
Usted no tiene porque hacer gala de sus diferencias con el Creador que se manifiestan como enfermedades frente a sus amigos. Pero, los amigos tienen que conocerlas para que pidan al Creador la corrección y la salud para usted.
¿Por qué las diferencias entre una persona y el Creador se manifiestan en forma distinta en las diferentes personas? ¿Por qué una persona lo experimenta externamente en la forma de una enfermedad y otra en forma de problemas personales u otras manifestaciones? Descubrirá las respuestas a todas estas cuestiones a medida que se vaya corrigiendo. En pocas palabras, empiece a trabajar en usted mismo.
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