Pregunta: La idea de la interacción de dos opuestos rara vez fue más allá de los límites de la exploración puramente filosófica y del discurso cultural. Usted la revive otra vez, aunque la humanidad está cansada de los intentos de implementarla.
Respuesta: La persona que hace esta pregunta es probablemente un filósofo, así que aquí hay un extracto de mi nuevo libro: «La idea de que el curso de la evolución se define por la interacción de dos opuestos, surgió hace mucho tiempo. Basta con recordar una oposición dual del yin y yang en la mitología y en la filosofía china, la filosofía de Amor y Discordia de Empédocles, un conflicto entre el Bien y el Mal en las religiones abrahámicas, y la dialéctica hegeliana.
En el evolucionismo científico de la segunda mitad del siglo 19, Herbert Spencer basó su teoría en la oposición de diferenciación e integración. A lo largo de cada época, esta idea universal recibió nuevas incorporaciones, un nuevo significado, dependiendo del nivel de desarrollo espiritual del hombre.
Por lo tanto, es importante que en el evolucionismo moderno, surgiera una nueva teoría de la coevolución. Según esta teoría, el desarrollo de la naturaleza inanimada y animada está determinado por la interacción de dos principios: la «cooperación» (coevolución) y la «competencia», y lo que es más, la atención se centra en el primero, pero no el segundo principio.
Cabe señalar que los procesos de coevolución, el desarrollo recíproco de los sistemas (o los elementos dentro de un sistema) con las demandas selectivas mutuas, había sido detectado hace mucho tiempo en la biología. Sin embargo, fueron considerados «periféricos», menores, y se limitaron sólo a los distintos tipos de relaciones simbióticas (parasitismo, protocooperation, comensalismo, mutualismo, y así sucesivamente).
En las últimas décadas, el término «coevolución» fue más allá de la biología, adquiriendo un significado mucho más amplio, esencialmente filosófico, y proveyó una base para la formación de un nuevo modelo cognitivo científico que tiene un impacto significativo no sólo en las ciencias naturales, sino en el pensamiento humanitario y está incluido en el estudio de los procesos que ocurren en todos los niveles de la naturaleza animada e inanimada, desde el sub-atómico y genético molecular hasta la vida social y la coevolución de las ideas.
Esta idea ha socavado considerablemente los estereotipos establecidos de la competencia como la principal fuerza motriz de la evolución: El enfoque coevolutivo destruye la vieja imagen de la naturaleza como «la guerra de todos contra todos» y una lucha sin cuartel por la existencia.
Para ser justos, hay que señalar: Charles Darwin advirtió que él utilizó el concepto de «la lucha por la existencia», «en un sentido amplio y metafórico, incluyendo la dependencia de un ser del otro».
Este principio se extendió a la vida social. «Una tribu que incluye muchos miembros que, de poseer en alto grado el espíritu patriota, fidelidad, obediencia, valor y compasión, siempre estaban dispuestos a prestar ayuda a los demás y a sacrificarse por el bien común, sería victoriosa sobre otras tribus y esto sería la selección natural».
Sin embargo, durante mucho tiempo, las palabras «la lucha por la existencia», fueron tomadas literalmente y encontraron su expresión extrema en el darwinismo social, insistiendo en que el más fuerte gana. Y el hecho de que el papel de los procesos de coevolución y cooperación es realizado hoy en día, es significativo.
Este es un indicador de importantes transformaciones en la conciencia de una persona moderna, en su sistema de valores. Incluso si la competencia no está dando paso a los ideales de cooperación, ayuda mutua y solidaridad, está perdiendo terreno visiblemente y ya no es percibida como la ley fundamental de la naturaleza, lo que justifica el egocentrismo en todas sus manifestaciones.
No es accidental que los defensores de la teoría de coevolución crean que su difusión ayudará a reconstruir las relaciones entre los seres humanos y la naturaleza e incluso a crear un nuevo tipo de civilización basado en la cooperación, la no violencia y el diálogo».
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