Recibí una pregunta: Supongamos que toda la humanidad se une como una familia y decide que se dividirán los recursos limpiamente entre todos los siete mil millones de personas. ¿Qué pasaría si la gente continúa dentro de su ego, que no hace sino crecer?
Mi respuesta: Es imposible que ocurra lo que usted describe sin la corrección. Por consiguiente, se debe preparar el camino para alcanzarlo mediante la educación. Cuando hablo de «educación» me refiero a la enseñanza y explicación acerca de la libre elección la meta de la creación, la esencia del ser humano, cómo percibimos la realidad y la evolución de la humanidad por medio del desarrollo egoísta. La razón es que tenemos que aprender cómo vivir en el nuevo sistema unificado e interconectado. No podemos huir de este sistema y por consiguiente no tenemos más elección.
Usted es como un pez atrapado en una red y con el fin de sobrevivir tendrá que aprender las leyes de esta red. Ahora debemos aprender las leyes de este nuevo mundo global y transmitirlas a toda la humanidad. La gente tiene que comprender estas leyes y el hecho que no tenemos otra elección. De otra forma, se les empujará a lo mismo por medio del sufrimiento, hasta que finalmente empiecen a obedecer la ley común de la Naturaleza en contra de su voluntad.
Así es como se están revelando las leyes de la Naturaleza. La Cabalá y Bnei Baruj no intentan dar órdenes a la gente sobre lo que tendrían que estar haciendo. Más bien las personas tienen que comprender estas cosas y estar de acuerdo con ellas, al menos en parte. Sin embargo, con el fin de llegar a eso, se tiene que lanzar una campaña mediática permanente que le de ejemplos a la gente sobre el comportamiento correcto. Todo esto impulsado por la sociedad, y sólo podrá ocurrir cuando la gente se de cuenta que es la única opción posible.
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