En las noticias (“Una renombrada orquesta, demuestra que las compañías pueden prosperar sin un jefe”): “Un curioso juego de sillas musicales se hace cada vez que se reúne la Orquesta de Cámara Orpheus. Después de cada pieza, los músicos cambian de lugar. Donde está un violinista al frente, puede pasar al fondo, para que otro violinista vaya al centro del escenario. A diferencia de otros ensambles de música clásica, la singular orquesta de la ciudad de New York, no cree en las jerarquías, en la determinación de posiciones o roles; y jamás ejecuta bajo una dirección.
Cambiando de silla varias veces durante un mismo concierto, se revela la perspectiva de liderazgo particular de Orpheus. En vez de depender de un único líder, que lleva la batuta o ilumina a un puñado de intérpretes destacados, los músicos de Orpheus, aparentemente pasan del liderazgo a roles de apoyo en cada turno.
De acuerdo con la base de su filosofía, los 34 miembros centrales de Orpheus, resisten al acostumbrado “camino corporativo” de las orquestas sinfónicas y se consideran iguales entre sí. Excepto por el músico que realiza alguna tarea avanzada para adaptar una composición para la orquesta, todos —sin importar su edad, antigüedad o currículum— reciben el mismo pago por cada concierto y tienen voz en todas las decisiones creativas. Los compañeros músicos debaten y afinan cada pieza como un colectivo…
“De hecho, con muchas giras mundiales, alrededor de 70 álbumes y decenas de reconocimientos a lo largo de 50 años de historia, Orpheus florece porque comparten la autoridad y la toma de decisiones entre todos los miembros”.
Pregunta: ¿Qué piensa usted de esto?
Respuesta: Esto realmente es único y va contra la naturaleza. En principio, el director es la fuerza superior, el pensamiento más elevado, la cabeza de la orquesta. Él los conecta y los une; impone su voluntad en ellos.
Cómo lo hacen todo sin él, no lo sé, ni siquiera en los ensayos ni en ningún lado. No solo quieren mostrar que realizan las notas sin un director. Tal vez se sientan y sortean cualquier cosa que sucede entre ellos y profundizan en la partitura orquestal.
Comentario: Pero una persona, por naturaleza, tiene su “Yo”, tiene su liderazgo, tiene su limitación de los demás. El egoísmo humano es la base.
Mi Respuesta: Si, esto también es egoísmo, pero aún es difusa la forma en que pueden hacerlo sin un director.
A fin de cuentas, lo miran todo el tiempo. Él los contiene a todos, los une y los coordina. ¿Cómo pueden ellos trabajar sin esto?
Pregunta: Dígame, por favor, está usted diciendo que idealmente, la realización de la música es posible solo con esta fuerza, por así decirlo, con un director que organiza todos estos asuntos? ¿Qué pasa si a pesar de todo, lo quitan?
Respuesta: No puedo imaginar. Es imposible imaginar cualquier colectivo ensamblado de pequeños individuos egoístas que no tuvieran un director, un jefe o un líder, es decir, una voluntad superior que los guiara.
¿Cómo sienten esto? Por supuesto que se sienten más uno al otro y a ellos mismos y realizan algunas correcciones y movimientos internos, pero, por supuesto que es muy difícil. Sería interesante platicar con ellos.
Comentario: Si es así, ¿qué los une? Podría usted decirnos qué sería, idealmente?
Mi Respuesta: Es el hecho de que cada uno de ellos debe ser, de alguna forma, un director. A través de sus deseos internos, de sus latidos del corazón, quieren conectar y así dirigirse ellos mismos juntos. Este es un muy gran trabajo, muy difícil. ¡Tiene que haber un contacto de corazones!
Ni siquiera puedo imaginarlo. ¿Los músicos? Cada quien, en general, está dentro de sí mismo.
Aún si quieren combinarse ¿Cómo lo hacen? ¿Cómo funcionan al unísono? ¿Qué tipo de metrónomo?
Pregunta: ¿Está usted diciendo que ellos tienen que mirar hacia un punto único todo el tiempo?
Respuesta: El director es todo.
Pregunta: Supongamos que es así, ¿a dónde miran?
Respuesta: Solo a las sensaciones internas del otro. Es lo que creo.
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