Pregunta: Hay muchas definiciones de plegaria que no coinciden exactamente. Pero todos entienden que la plegaria es un llamado al Creador, a Dios.
Por lo general, la plegaria se estructura de la siguiente manera: primero viene la alabanza del Creador, segundo, una súplica de perdón por los pecados y tercero la gratitud por todo lo bueno que has recibido del Creador ¿pasa lo mismo en Cabalá o de alguna manera, es diferente?
Respuesta: En Cabalá todo es un juego unilateral. No tengo a nadie a quien acudir, no porque no haya una fuerza superior, sino porque no tiene sentido buscarla, pues la oración, del verbo Lehitpalel, significa juzgarse uno mismo. Nadie me juzga y si tengo que recurrir a alguien, es sólo a mí mismo.
De hecho, así funcionan todas las plegarias. Con su ayuda y con los medios para dirigirme a mí mismo, tengo que analizarme: ¿qué hago bien? ¿qué no estoy haciendo bien? ¿qué puedo hacer para mejorar mi estado y ser mejor? ¿qué significa ser mejor? ¿en comparación con qué y cómo? Y más. Naturalmente, tengo que alabar al Creador para que la cualidad del Creador, amor y otorgamiento, sea preferida ante mis ojos.
Pregunta: ¿Tengo que pedir perdón y, de ser así, a quién?
Respuesta: No hay nada a quién pedir perdón, porque el Creador es absoluto. Si voy a Él pidiendo perdón, prácticamente voy hacia mí mismo. Y empiezo a sentir si actué correctamente, cómo debería haberme comportado y cómo debería actuar en el futuro. Así que, es mi propio juicio, me doy cuenta de mi mal y de cómo convertirlo en bien. Y luego agradezco al Creador por ayudarme. Pero de nuevo, me dirijo a mí mismo todo el tiempo, porque el Creador es la cualidad absoluta de amor y otorgamiento que podemos despertar, pero sólo en la medida de nuestro deseo de ser similares a Él.
Pregunta: Entonces, ¿el Creador responde solo a la plegaria correcta?
Respuesta: Por supuesto. Y la oración correcta es mi deseo de ser similar a Él. Nada más.
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De Kabtv “Fundamentos de Cabalá”, 19/abr/19
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