Recibí una pregunta: Un niño de doce años de edad fue apuñalado ayer por otro niño. ¿Cómo explica usted que un niño de esa edad tenga deseos de lastimar a alguien más?
Mi respuesta: La crueldad en las relaciones de los niños viene de nuestra naturaleza común: el deseo de recibir. Este deseo siempre está creciendo y nada podemos hacer al respecto. En el pasado, los niños eran más ingenuos y disciplinados, por lo que se consideraba factible controlarlos. Pero eso ya no es posible y por lo tanto, las personas ni siquiera intentan dirigir.
Mientras que en el pasado, los maestros podían controlar a los niños gritándoles y dándoles órdenes, ahora tienen miedo de entrar al salón de clases y no saben lo que les espera ahí. No es la culpa de los maestros o de las instituciones educativas, ya que carecen del método adecuado. Están intentando crear un sistema educativo, pero los deseos egoístas del hombre no les proveen la solución correcta, puesto que nosotros estamos tan mal como los niños.
La educación se desarrolla sólo con el ejemplo, pero nosotros mismos no tenemos el modelo correcto, así que no podemos establecer ejemplos para ellos. ¿Qué es lo que les enseñamos en la televisión y el Internet y en los demás lugares donde ellos consiguen la información? Creo que el mundo ya empieza a comprender que no tiene poder sobre la siguiente generación. El proceso está fuera de control y es imposible hacer algo al respecto. Sin embargo, lo positivo es que el mal se está revelando porque la gente podrá ahora escuchar la explicación correcta. Cuando estalle la crisis de la educación, las personas estarán dispuestas a escuchar.
Debemos explicar a la gente que la generación joven no puede existir dentro de los límites del antiguo sistema educativo. De la misma manera, tampoco podemos corregir la economía, las relaciones familiares, la cultura, la educación dentro de los límites de los antiguos sistemas. Las personas deben escuchar que todo el conjunto de problemas tiene una solución sencilla. ¿Entonces, cuál es la solución?
Las personas deben estudiar el Gobierno Superior que proviene de la bondad absoluta, por un lado, pero que por el otro, define estrictamente nuestro comportamiento. La educación consiste en enseñar a aquellos que apenas inician sus vidas sobre la conexión con el Creador o la Fuerza Superior, porque la Fuerza Superior es lo único que influye en nosotros. Esto es lo que necesitamos y lo que debemos dar a nuestros niños: un plan, un programa, una ciencia, un entendimiento. Tenemos que enseñarles a alcanzar el éxito en la realidad en que viven.
A las personas se les debe enseñar lo que es más importante: ¡vivir bien! Y podrán lograrlo sólo bajo la condición que revelen la Bondad Absoluta. Y esa es la esencia de la sabiduría de la Cabalá, permitirle a una persona en este mundo apresurar la revelación del Creador.
(Tomado de la lección sobre el artículo de Baal HaSulam, La esencia de la religión y su propósito, impartida el 17 de febrero del 2009).
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