La vida fuera del cuerpo

En nuestro mundo, todos estamos conectados a través de los sentidos animales: la vista, el oído, el olfato, el tacto y las sensaciones táctiles. Una persona debe ir más allá de sus límites para empezar a sentir lo superior, es decir, lo que está por encima de los sentidos corporales. No se trata de algo místico, sino de algo que una persona no percibe ahora en su cuerpo físico, ¡pero que existe a nuestro alrededor!

Los dispositivos técnicos que utilizamos ahora nos proporcionan una gama adicional muy pequeña de sensaciones. Solo las amplían, porque detrás de los aparatos hay personas que siguen traduciendo esas enormes gamas en expansión en información accesible para ellas, pues de lo contrario no entenderían lo que ocurre con el aparato. Resulta que no vamos más allá de nosotros mismos.

Por tanto, no necesitamos inventar todo tipo de artilugios, sino corregirnos y expandirnos: «¿Tenemos esto en nosotros?»

La Cabalá dice que cuando surge en una persona una pregunta sobre el sentido de la vida, significa que tiene la necesidad de expandir la percepción de sus cinco sentidos. No de ampliar el espectro de frecuencias de cada órgano sensorial, sino de expandirse en algún área nueva.

Si quieres profundizar de verdad en tu percepción, debes cambiarla radicalmente de recepción a otorgamiento, es decir, empezar a contactar con el entorno no en tus sentidos, sino fuera de ellos, porque te limitan. Se refieren a tu cuerpo animal.

¿Cómo puedes dejar el cuerpo como si no estuviera ahí? ¿Cómo puedes hacerte sentir la vida fuera de ti, no perturbada por tu cuerpo? Entonces podrás hablar de algo que realmente existe objetivamente. De esto se ocupa la sabiduría de la Cabalá, que no estudia en absoluto lo que percibimos en el cuerpo.

Por lo tanto, cuando la gente dice: «¿Qué pasa con la visión y la audición?» No tengo nada que decir. La Cabalá inmediatamente rechaza todo esto, dejándolo a la psicología y otras metodologías, esto es asunto de ellos. No tiene conexión con esos deseos, cualidades y pensamientos que una persona ordinaria tiene porque todo esto se relaciona con la misma cualidad de recepción.

Tenemos que pasar de la cualidad de recepción a la cualidad de otorgamiento, es decir, neutralizarnos absorbiendo todas las percepciones, aprender a salir de nosotros mismos y sentir el espacio no perturbado por nuestro cuerpo tal y como es en realidad. Esto se llama «salir del cuerpo», «salir al mundo espiritual».

Entonces no importa si tu cuerpo está vivo o muerto. Después de todo, empiezas a sentirlo todo con cualidades completamente diferentes que no tienen nada que ver con tu cuerpo físico. Por lo tanto, esta sabiduría nos revela el mundo eterno perfecto. Y tú, en la medida de la adaptación a él, en la medida de tu coexistencia con él, en la medida de tu consolidación en él, te vuelves eterno y perfecto.

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