De «¿Quién eres, pueblo de Israel?»
Después de miles de años de esfuerzo para construir con éxito una sociedad humana utilizando el método de Nimrod, las naciones del mundo se dan por vencidas. Además, entienden que la solución a sus problemas no es ni tecnológica, ni económica ni militar. Inconscientemente, ellas sienten que la solución está en la unidad, que en el pueblo de Israel existe el método de conexión, y por lo tanto reconocen que son dependientes de los judíos. Esto las lleva a culpar a los judíos por poseer la llave de la felicidad del mundo.
De hecho, cuando la nación de Israel cayó de su altura moral del amor por los demás, comenzó entre las naciones el odio por Israel. Y así, a través de antisemitismo, las naciones del mundo nos aguijonean para que revelemos el método de conexión. Rav Kook, el primer Gran Rabino de Israel, señaló ese hecho con sus palabras, «Amalek, Hitler, y así sucesivamente, nos despierta hacia la redención» (Ensayos de la Raiah, vol. 1).
Pero el pueblo de Israel no es consciente de tener la clave de la felicidad del mundo, y de que la fuente misma del antisemitismo sea que los judíos lleven dentro de sí el método de conexión, la clave de la felicidad, la sabiduría de la Cabalá.
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