Una vez recibimos la Torá en el Monte Sinaí, y tras la destrucción del Segundo Templo la perdimos. ¿Puede ocurrir lo mismo ahora? ¿Cómo hacer para no perder la Torá?
Respuesta:
No fue la pérdida de la Torá, sino el destrozo del alma común.
Esto sucedió porque estábamos utilizando las leyes de la Torá de forma incorrecta. Pero en cuanto nos unamos, estas leyes volverán a cobrar vida en nosotros.