En las noticias (de The Telegraph): “cambios bruscos y repentinos en el tono y la frecuencia tienen un papel en los mismos mecanismos emocionales a similitud de las señales que los animales usan para alertarse del peligro, fue descubierto en un estudio.
“Cuando los animales claman de angustia fuerzan una gran cantidad de aire a través de sus cuerdas vocales muy rápidamente, produciendo un efecto disonante destinado a captar la atención y provocar una respuesta emocional en otros animales.
“Escuchar patrones de sonido similares, como le versión distorsionada de Star Spangled Banner de Jimi Hendrix en Woodstock en 1969, envía un escalofrío por nuestra espalda porque estamos programados para tener una reacción fuerte a los sonidos ásperos, afirmaron los investigadores.
“Es lo mismo con la música disonante asociada a los filmes de terror-como la chirriante música de la escena de la regadera en Psycho de Alfred Hitchcock- pero no en el caso de la música de elevador que carece de cambios bruscos en sonido o volumen.
“Los investigadores además encontraron que mientras que la música disonante provoca emociones fuertes, estas usualmente están ligadas a sentimientos negativos como miedo o tristeza en lugar de sentimientos felices.
“Greg Bryant, profesor asistente de estudios de comunicación en la Universidad de California. En Los Ángeles y uno de los autores, dijo: “Este estudio ayuda a explicar por qué la distorsión del rock and roll produce excitación en las personas: hace aflorar el animal en nosotros.
“Los compositores tienen un conocimiento intuitivo de lo que suena intimidante sin saber por qué. De lo que normalmente no se dan cuenta es que están explotando nuestras predisposiciones evolutivas a excitarnos y tener emociones negativas cuando escuchamos ciertos sonidos’”.
Mi comentario: En el proceso de la educación integral, tenemos que usar la influencia musical apropiada como fondo de las conversaciones y durante los talleres. Necesitamos fomentar e incrementar el escuchar canciones con contenido “integral”.
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