¿Por qué estoy feliz cuando me denigran?

Dr. Michael LaitmanPregunta: ¿De dónde viene su felicidad por la denigración en contra suya?

Respuesta: Es cierto. Estoy feliz con la denigración en mi contra y hay varias razones.

Primero, entre los años 1972 y 1974, me negaron el permiso para emigrar a Israel y recuerdo la gran cantidad de información acerca de Israel, que se obtuvo de las publicaciones  antisionistas y antisemitas en la Unión Soviética.

Dado que existimos en un mundo egoísta, una persona es atraída al mal, la mentira, la calumnia. Por eso, para mi es muy importante difundir el conocimiento de la sabiduría de la Cabalá, que es vital para la supervivencia del pueblo judío me siento contento de tener esta oportunidad, incluso cuando me denigran. Porque, además, un poco de la esencia de la sabiduría de la Cabalá se revela.

Segundo, mientras la gente no descubre el mundo superior, aún percibe a través de los conceptos de este mundo, que son absolutamente opuestos al mundo superior. Es decir, no está preparada para evaluar correctamente el método para descubrir el mundo superior ni sus detalles. Por lo tanto, no es de extrañar que los cabalistas estuvieran en silencio durante dos mil años. Hoy, el mundo se está volviendo global y requiere la comprensión del sistema de dirección. Esta comprensión sólo se obtiene descubriendo el sistema de dirección superior y este es el tema principal de la sabiduría de la Cabalá.

Por esto, es imperativo explicar a todos la necesidad de revelar la sabiduría de la Cabalá como el único medio para salvar a la humanidad, tratando de no prestar atención a la difamación ni a las calumnias.

Asimismo, nadie en el mundo apreció ni valoró a los grandes cabalistas del siglo 20, Baal HaSulam y Rabash. Sin embargo, el doctor Laitman, quien se encuentra en todos los medios de comunicación, ha organizado una campaña de publicidad para ellos. Por otra parte, los que están en contra del doctor Laitman dicen ahora, que Baal HaSulam y Rabash eran verdaderos cabalistas y que el doctor Laitman no.

Después de todo, no soy lo principal. Sin embargo, al denigrarme y maldecirme, en sus círculos, están de acuerdo y dan validez legal a mis grandes maestros. En cuanto a mí y mis escritos, quedarán para mis estudiantes y para las generaciones venideras.
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