Michael Laitman, en Quora: “¿Qué es el mal?”
El mal es un pensamiento totalmente dirigido a buscar beneficio propio.
Ese pensamiento actúa en detrimento de los demás, porque pensar sólo en mi beneficio, cuando vivimos en una sociedad interdependiente e interconectada, significa buscar beneficio propio a expensas de los demás.
Con el pensamiento de beneficiarnos sólo a nosotros mismos, podemos terminar intentando derribar a los demás y hacerlos sufrir, porque mientras vivimos en nuestra naturaleza corporal egoísta, sentimos una urgencia instintiva de estar mejor que los demás. Por eso, sentimos que nos beneficiamos al dañar a los demás, porque eso nos da la sensación de ser mejores, superiores, más fuertes y más exitosos que ellos.
Vivir y respirar de acuerdo a nuestro deseo egoísta de disfrutar a expensas de los demás, poniéndonos por encima de otros, nos da sensación de vida; sentirnos inferiores a los demás, nos da sensación de muerte. También, cuando más nos desarrollamos, más grande se vuelve este ego malvado y la cantidad de fenómenos negativos y sufrimiento en nuestro mundo se incrementan de un día a otro. El sufrimiento es parte necesaria de este proceso, porque nos empuja a comprender que al vivir sólo de acuerdo a nuestros deseos egoístas, no podemos alcanzar felicidad, paz, amor y armonía verdaderas; y al final, necesitamos elevarnos por encima de esta naturaleza malvada para experimentar una vida positivamente.
En nuestro desarrollo, nos acercamos a una fase llamada “reconocimiento del mal”. Es una fase en la que somos conscientes de la verdadera causa del mal en nuestra vida -nuestra naturaleza humana egoísta que quiere beneficio a expensas de los demás- y nuestro deseo de beneficio personal no nos llevan a ningún buen lugar. Junto con esta revelación, surgirá un deseo sincero de mejorar nuestra vida, dar prioridad al beneficio de los demás por encima del propio -para así conectarnos positivamente con todos, por encima de nuestros impulsos egoístas- y así, reacomodamos voluntariamente nuestro mundo, de acuerdo a este nuevo objetivo.
La pregunta es: nos dejamos llevar inconscientemente por nuestros impulsos egoístas, sufrir más y más con el propósito de que al final sintamos desesperanza y deseemos una transformación positiva -la forma de desarrollo llamada “aplanadora del desarrollo”- o que vayamos por delante de la aplanadora y participemos en la conexión que enriquezca la educación para que aprendamos sobre nuestra verdadera naturaleza y a elevarnos por encima de ella sin la necesidad de sufrir?
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