Nuestra singularidad reside en que le mostramos a la humanidad el camino correcto, si no simplemente perecerá en luchas civiles, o guerras.
Ahora la naturaleza nos presiona para que nos preparemos para la paz, la amistad, y la comprensión mutua de modo que renunciemos a muchos de nuestros objetivos, incluso a otros completamente innecesarios, y existimos solo para el amor al prójimo.