Pregunta: ¿Alguna vez pensó que usted podría involucrarse en la sabiduría de la Cabalá? ¿Cuándo fue la primera vez que empezó a pensar en eso?
Respuesta: Creo que yo necesitaba averiguar, saber qué son las estrellas, desde que tenía siete u ocho años de edad. Los inmensos cielos oscuros siempre me fascinaron. Cuando era niño, solía salir a la calle y mirar el cielo oscuro. Yo no entendía dónde estaba, lo que era, lo que era todo esto, y por qué las estrellas brillaban tan misteriosamente.
En ese momento, pensé que tenía que ver con la astronomía. Me atrajo a ella hasta que me di cuenta de que la astronomía es sólo cálculos mecánicos, y así perdí el interés en ella.
Yo no sabía lo que era la sabiduría de la Cabalá en ese tiempo y no me imaginaba que iba a encontrar la solución y el sentido de la vida en ella. Pero ese siempre había sido mi deseo. Más tarde, cuando estudié la sabiduría de la Cabalá, me di cuenta de que era el Reshimó (Reminiscencia) que ya se expresó en mí, la necesidad interior, el deseo que no se llena hasta el final de la creación. Yo sabía que no iba a ser capaz de escapar de ella.
Pregunta: ¿La sabiduría de la Cabalá significa para todos lo mismo o, sólo para aquellos en quienes el Reshimó se revela y se hacen la pregunta: «¿Qué hay más allá de las estrellas?».
Respuesta: Creo que, gracias a nuestros esfuerzos (míos y de mis estudiantes), nos revelan la sabiduría de la Cabalá a todos, porque esta sabiduría está realmente muy cerca de la gente.
Fluimos con la corriente en la barca de nuestra vida la cual nos lleva gradualmente a algún lugar. La sabiduría de la Cabalá nos ayuda a participar en este proceso y sumamos nuestros esfuerzos para el desarrollo natural de nuestro deseo, porque el deseo es la única materia que se creó.
En la medida en que una persona participa en la evolución del deseo, comienza a explorar sus causas, orígenes, la corriente real de la vida, su propósito, y cómo puede afectarle, dónde están los límites de su libre albedrío. Por otra parte, alcanza su raíz, su punto en este proceso y su estado final.
Podemos descubrir todo por nosotros mismos, lo que significa ascender por encima del desarrollo natural e involuntario de nuestro gran deseo, por encima de toda la materia del universo, la consecución de este enorme mecanismo. Sólo aquellos que sienten la necesidad de descubrir y alcanzar la meta de su existencia, están autorizados a revelar eso. Pero si una persona no tiene necesidad de ella, no serás capaz de obligarlo a participar en ella, y no hay necesidad de hacerlo. La persona fluirá con la corriente natural, de acuerdo con la velocidad determinada por el mecanismo general del universo.
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De Kabtv “Conversaciones con Michael Laitman” 1/jun/15
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