Me hicieron una pregunta: ¿Tendrán que transformarse nuestros medios de comunicación y nuestra cultura?
Mi respuesta: Definitivamente. De hecho, es lo más importante. Los medios de comunicación deben estar al servicio del sistema educativo, explicando la esencia del proceso de globalización. Esa debería ser su responsabilidad primordial.
Todas las fuentes de comunicación y todos los canales que proporcionan servicios informativos deberían emplear las 24 horas del día en dar a conocer a la gente la forma de organizar su vida bajo las nuevas condiciones. Y en verdad, eso es lo único que la gente quiere escuchar, porque todo a su alrededor se está derrumbando, y conocerlas les abre el único camino que puede salvarlos.
Si millones de personas empezaran a pensar en ello, la idea se generalizaría por doquier. Después de todo, la distancia no existe para el pensamiento, por lo que cualquier cosa sobre lo que las personas piensen en determinado lugar se expresa de manera instantánea en otros sitios. El poder del pensamiento de millones de personas es enorme y puede lograr que todo se revele a la velocidad del sonido. Como resultado, la corrección llegaría mucho más rápido que la corrupción. Mientras que al proceso de la caída de las generaciones tomó varios milenios, la corrección puede llegar en tan sólo unos meses.
La Cabalá explica el proceso de nuestro desarrollo. Nadie atraviesa por este proceso por voluntad propia; la presión de las circunstancias nos obliga a todos a participar. Nadie nos pide nuestro consentimiento para participar en este proceso, ya que los egoístas jamás estarían dispuestos a ceder algo y unirse.
Sin embargo, la gente tendrá la capacidad de realizarlo, porque desea liberarse de sus problemas. Y es indispensable que sepan que no existe otra solución. La explicación debe basarse en las evidencias que nos da la naturaleza y la ciencia, y deben citarse las opiniones de los científicos y de los especialistas en el campo de la economía y las finanzas. De esta forma, las personas quedarán convencidas que no existe otra opción que la de unirse en el mundo global que está bajo el dominio del «efecto mariposa».
No existe otra alternativa. ¡Tendremos que hacerlo! ¿Qué nos queda si eso es lo que la Naturaleza nos exige? Podemos vivir o morir: la elección es nuestra.
(Tomado de la lección sobre el artículo de Baal Hasulam, Un precepto, impartida el 8 de marzo del 2009).
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