Al leer El Libro del Zóhar, lo más importante es la intención. Después de todo, al leer este libro, atraemos la luz más grande, si somos capaces de hacerlo.
En todo lo escrito por cabalistas, no hay luz más fuerte que en El Libro del Zóhar. Por eso, alcanzó tanta fama y popularidad y al mismo tiempo, a lo largo de la historia, estuvo oculto y tantas cosas le pasaron.
Solo ahora se revela, porque es una fuente de luz que regresa a su origen. Por lo tanto, no importa lo que precisamente leamos en El Libro del Zóhar, porque en cualquier caso, no entendemos una sola palabra de forma correcta. Pero queremos penetrar en la imagen misma, sentirla y no entenderla; no se nos dió para entenderlo con nuestra mente terrenal. Nos esforzamos para entrar en él, para abrirlo.
A fin de cuentas, estamos hablando de cabalistas que han revelado el mundo espiritual y nos dicen lo que descubrieron ahí, como en una novela de aventuras de viajeros que descubren nuevas tierras e islas.
Así es como los cabalistas nos dicen lo que sucede en la espiritualidad. Describen las herramientas internas que revelan con ella y al mismo tiempo, hablan sobre lo que ellos ven y sienten. En otras palabras, hablan sobre las acciones que llevan a cabo y lo que revelan como resultado de estas acciones.
Vemos, leemos, escuchamos y no entendemos nada, pero aspiramos a sentir estos estados por nosotros mismos, vivir en ellos. Como niños que leen libros sobre aventuras emocionantes y experimentan la aventura junto con los héroes. Todo esto estuvo solo en nuestra imaginación.
Aquí entramos de verdad al mundo espiritual y lo sentimos aún más fuertemente de lo que nos percibimos ahora en este mundo. Es nuestra percepción actual de este mundo, que es la más distorsionada y turbia, comparada con todo lo demás.
Hay en la espiritualidad una claridad y transparencia sorprendentes, imposibles de imaginar. Hay un profundo entendimiento de todos los eventos y las fuerzas detrás de ellos, las causas y efectos, la fuente de todo lo que sucede y las conexiones entre todo lo que existe.
Esto es por lo que nos debemos esforzar al leer El Libro del Zóhar, para dejar de ser ancianos y sentirnos como niños llevados por un sorprendente libro de aventuras.
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