Ayer, abrimos nuestra alma y nos sentimos juntos en un corazón. Esta mañana, ya nadie siente ninguna conexión con los amigos en la decena, no se siente necesidad de la ciencia de la Cabalá ni del Creador ni de la unidad ni del camino espiritual, sólo queremos dormir como un animal.
Ahora necesito aceptar con fe por encima de la razón, que recibí este estado del Creador, no hay nada más que Él. El Creador juega conmigo, me envía todo tipo de estados y Él me hace sentir como un animal.
Más aún, el estado animal es el mejor de todos, porque a partir de él necesito elevarme al grado del hombre. Y si ahora estoy en la etapa de un animal es señal de que terminó mi estado previo y se corrigió. Ahora estoy en el estado de animal, para buscar elevarme una vez más al peldaño de un hombre con nuevas cualidades.
Por eso, me regocijo cuando me convierto en animal porque comienzo en un nuevo nivel. Y, centavo a centavo se acumula una gran suma. Por lo tanto, comienzo el día con buen humor, lleno de fuerza y digo al mundo entero: “¡Ve cómo yo el animal me convierto en hombre!”
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De una lección de Cabalá 9/may/20
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