¿Quién cree en Dios?

Una parábola: Había una vez, en una pequeña población norteamericana, un hombre de negocios que decidió abrir un bar. El problema era que el bar se encontraba en la misma calle que una iglesia. Obviamente, los dirigentes de la iglesia no estaban contentos y en cada sermón pedían a los ciudadanos que protestaran por la apertura del bar y rezaran a Dios para que castigara al hombre de negocios inmoral.

Un día antes de la Gran Inauguración del bar, estalló una terrible tormenta. De pronto un rayo cayó sobre el bar y se incendió hasta los cimientos.

Los dirigentes eclesiásticos se regocijaron, pero sus festejos no duraron mucho tiempo porque el propietario del bar los demandó y pidió una compensación por su pérdida. Por supuesto los dirigentes de la iglesia negaron tener cualquier responsabilidad en el asunto.

Después de escuchar a ambas partes, el juez dictaminó: «Basándose en la evidencia, aparece que el propietario del bar cree en el poder de la oración, pero no así los dirigentes eclesiásticos.

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