¿Realmente Él me abandonó?

Pregunta: ¿Qué significa avanzar por el camino del otorgamiento?

Respuesta: Si la meta de la creación es traer placer a las criaturas y el Creador es una fuerza positiva que hace el bien, y sólo esto es la esencia de Su trato hacia nosotros, ¿Entonces por qué necesitamos orar para que Él nos haga el bien?

Todos gritan hacia el Creador, «¡Haz algo bueno por nosotros!» ¡Pero eso es ridículo! ¿Por qué rogarle a una persona amable que realice un acto amable conmigo? Él ya está haciendo el bien; No puede hacer otra cosa. Después de todo, está escrito que el Creador es benévolo con los buenos y los malos por igual. Él nunca cambia su actitud, como está escrito, «Yo no cambio mi HaVaYaH» y «La Luz existe en reposo absoluto».

Eso es para mostrarnos que no vale la pena pedirle el bien a Él. Aun así todas las plegarias, todas las peticiones y salmos están compuestos por cabalistas, personas que existen en alcance espiritual ¿Entonces por qué oran, «Ayúdame, sálvame, haz algo por mí»?

Esas son peticiones para formar el deseo «¡Ayúdame a corregir mi percepción!» Eso es llamado «el trabajo del Creador», mientras que para el Creador el otorgarnos no es trabajo, es un placer.

Mi trabajo es pedir el deseo o vasija correcta, y Su trabajo es crear esta vasija. En otras palabras, es una petición por la disposición para aceptar el llenado debido al cual alcanzamos la adhesión en lugar de una petición por un cambio placentero.

La palabra «plegaria» se traduce como «auto juicio»; es la petición de la criatura para ser cambiada. Cuando pregunto, «¿Por qué me has abandonado?» ¿Me ha abandonado Él realmente? ¿O digo esto sólo con respecto a mi propia percepción dentro de la cual siento que Él me ha abandonado y me doy cuenta de esto? En esencia, le pido a Él que corrija mi sensación de manera que sienta que Él no se fue o se apartó de mí.

Una plegaria es una petición por la corrección de nuestros deseos, y todo esto es llamado trabajar para el Creador en lugar del llenado en sí.

(66470 – De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 1/15/12, Escritos de Rabash)

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