Hay tres clases de oponentes a la Cabalá:
1. Aquellos que claman que no hay necesidad de la parte oculta de la Torá.
2. Aquellos que argumentan que la Cabalá es tan grandiosa que está prohibido estudiarla.
3. Aquellos que afirman que es terrible equivocarse en asuntos tan excelsos.
Rabbi Moshe Cordovero (el ‘Ramak’) «Da Et Elokey Avicha,» 118-132.
Si una persona de Israel disminuye la importancia de la Cabalá, rebaja a los justos de las naciones del mundo por debajo de los pecadores y por consiguiente causa que Israel sea despreciado hasta el punto de la aniquilación. La caída entera de Israel ocurrió porque las personas abandonaron la Cabalá.
Baal HaSulam. «Introducción al Libro del Zohar,» Punto 69.
Desdichadas aquellas personas que causan que la Luz del Mesías se desvanezca del mundo, para nunca regresar. Vuelven a la Torá árida, sin humedad en la mente y el conocimiento, pues se confinan a sí mismos a la observancia práctica de los mandamientos y no desean estudiar la sabiduría de la Cabalá. Es una lástima; con sus obras provocan la pobreza, la ruina y el robo, el saqueo, las masacres y la destrucción en el mundo.
Baal HaSulam. «Introducción al Libro Zohar,» Punto 70.
Aquellos que sólo estudian el Talmud Babilónico son como los ciegos mordisqueando el muro.
Rav Jaim Vital. «Introducción al Libro Etz Jaim,» parte 1, 9-10.
Las naciones del mundo le dicen a Israel, «¿En que difiere tu Torá de nuestras enseñanzas, si lo tuyo no son sino historias?» Serán castigados por degradar la Torá de esta forma. Y su Torá provoca el exilio y el sufrimiento en el mundo. Pero… nuestros sabios están complacidos con lo que tienen y afirman que no existe otra Torá más que la sencilla Torá. Está claro, no habrá un lugar para ellos en el mundo por venir.
Rav Jaim Vital. «Introducción al Libro Etz Jaim ,» parte 1, 11-12.
Moisés Maimonides (el Rambam): Aquel que no haya alcanzado la semejanza con el Creador no se le llama un hombre, sino que es sólo un animal con la forma de humano. Sin embargo, puede causar daño, mientras que los animales no pueden, pues la mente que se le otorgó para alcanzar al Creador la utiliza para dañar a los demás y esto lo vuelve más bajo que un animal.
Rav Shimon Lavi. «Katem Paz.»
Esto es en respuesta a todos las personas «sabias» que se oponen al estudio de la Cabalá: dejen que aquellos que estudian la Cabalá se equivoquen y pidan el camino correcto cuando descubran sus errores. Por esto, sus esfuerzos merecen crédito y son recompensados por el Creador. Y aquellos que humillan a quienes estudian Cabalá serán condenados por el Creador.
Rav Shim’on Lavi. «Katem Paz.»
La guirnalda de la Torá es la Cabalá, que todos rechazan. Pero tú, estira la mano y tómala, puesto que aquellos que nunca lo han intentado no han probado la Luz de la Torá y viven en la oscuridad. Grande es el pecado de aquellos que utilizan diversas excusas para evitar estudiar la Cabalá. Y no es la culpa de las masas sino de sus líderes, quienes descuidan el estudio de la Cabalá y se enorgullecen de estudiar tan sólo la Torá revelada y no necesitan más que el sencillo entendimiento de la Torá.
Rabbi Pincus Eliyahu de Vilna Sefer HaBrit, parte 2, artículo 12, capítulo 5.
Existen muchas personas ignorantes que rechazan el estudio de la Cabalá, pero si me escucharan, el mal y la desgracia dejarían de ocurrir en nuestro mundo, porque el hombre depende sólo de sus esfuerzos en estudiar la Cabalá.
Safrin, Yitzhak Yehudah Yehiel Notzer Hesed al Pirkei Avot, capítulo 4, estudio 20.
Es una lástima, estas personas, que vuelven a la Torá árida y no desean estudiar la sabiduría de la Cabalá, provocan con sus hechos la pobreza, la ruina, el robo, el saqueo, las masacres y la destrucción del mundo.
Rabbi Shimon Bar Yochai (Rashbi) Tikunei Zohar, capítulo 30.
Rashbi se refirió a aquellos que estudian la Torá sencilla como «durmiendo» porque no abren los ojos para ver el amor del Creador por ellos, como si lo despreciaran, y no conocen el camino a la perfección y a la adhesión con el Creador.
Rabbi Moshe Jaim Luzzatto (Ram’jal). «Shaarei Ramjal,» «Introducción al Artículo Vikuah,» página 97.
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