Una conversación entre El Principito y un hombre de negocios (del libro El Principito de Antoine de Saint-Exupéry.
– ¿Y, qué haces con quinientos millones de estrellas?
– Nada. Las poseo.
– ¿Y, de qué te sirve poseer las estrellas?
– Me sirve para ser acaudalado.
– ¿Y, de qué te sirve ser acaudalado?
– Para comprar otras estrellas, si alguien las descubre.
Sin embargo, continuó haciendo preguntas.
– ¿Cómo se pueden poseer las estrellas?
– Yo las administro. Las cuento y las vuelto a contar, dijo el hombre de negocios.
El Principito aún no estaba satisfecho.
– Si yo poseo una bufanda, puedo ponerla alrededor del cuello y llevarla puesta. Si poseo una flor, puede arrancar mi flor y llevármela. ¡Pero tú no puedes cortar las estrellas!
– No, pero puedo depositarlas en el banco.
– ¿Qué quiere decir eso?
– Quiere decir que escribo sobre un papelito la cantidad de mis estrellas. Y después encierro bajo llave al papelito dentro de un cajón.
«Todos los adultos son decididamente extraordinarios», se decía sencillamente durante el viaje.
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