Recibí una pregunta: Usted ha dicho que si una persona une correctamente los atributos y características que están presentes en él, alcanza la perfección. ¿Qué es esta unificación?
Mi respuesta: Hay dos fuerzas naturales en el hombre: el deseo de recibir y el deseo de otorgar, que corresponden al atributo del ser creado y al atributo del Creador. ¡Debemos unirlas correctamente e igualarlas!
Inicialmente nuestro deseo de recibir actúa solamente para su propio beneficio. Igualarlo con el deseo de otorgar no significa cambiarlo, sino más bien cambiar la ejecución. El deseo de recibir permanece, pero su cumplimiento necesita transformarse de «para nuestro propio beneficio» a «por el bien de los demás.»
De esta manera, el deseo de recibir se vuelve semejante al deseo del Creador de otorgar, y una persona llega al atributo y al nivel del Creador – la sensación del deseo en un nuevo cumplimiento de eternidad y perfección.
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